LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

lunes, 18 de enero de 2010

El CHARANGUISTA DE BOQUERON, de Adolfo Cáceres Romero

Ivan Prado Sejas

Escritor, Psicólogo


Adolfo Cáceres Romero fue el ganador del Concurso Nacional de Novela “Marcelo Quiroga Santa Cruz, 2009, con su obra: El charanguista de Boquerón. Como escritor y charanguista de afición, me interesé de inmediato por la novela, y pude leerla antes de su edición que seguramente será luego, luego. Cáceres basó su obra en el testimonio de varias personas que estuvieron involucrados en los sucesos de la guerra del Chaco entre bolivianos y paraguayos.

“Si todos los habitantes del planeta Tierra fuesen músicos, posiblemente
formarían una sola nación.”

El Charanguista de Boquerón, novela de Adolfo Cáceres Romero, no solo se constituye en un drama épico, sino también existencial. La dualidad, bueno y malo, representada por Abel y Caín, proyecta su figura en la guerra entre Bolivia y Paraguay. Está dualidad, no solo está inmersa en la percepción de los habitantes de ambos países en un momento histórico, sino también se hace presente, en la realidad del ejercito, del batallón, de la escuadra, del oficial y de los soldados bolivianos. Esto significa que para Abel no son enemigos solamente los pilas, sino que Caín está también dentro el propio ejercito boliviano. Sin embargo, y a pesar de la situación paradoxal, más de un centenar de oficiales y soldados bolivianos en el fortín Boquerón muestran al mundo el coraje del ser, llevado a su máxima expresión. En ese entorno, está un charanguista, Victor, quien percibe la realidad de forma opuesta a Abel y Caín. Tomando en cuenta que en el arte musical no existen fronteras, Victor, el charanguista, rompe la concordancia del hombre animal versus el hombre animal, independientemente de la nacionalidad inmersa en la guerra entre bolivianos y paraguayos. Por esto, dos escenas marcan la obra, una, donde el charanguista mata a un congénere y sufre por haber acabado con un semejante, puesto que no existe guerra justa, porque todas las guerras provocan sufrimiento de los actores principales (los soldados y los oficiales) y de sus familiares que padecen durante la eterna espera. Otra escena emerge cuando las tropas bolivianas y paraguayas hacen un alto para escuchar la música interpretada por dos artistas, uno boliviano y otro paraguayo. En la novela, cada escena que transcurre es una película que recrea momentos donde el “ser humano”, ―interpretado no solamente por Victor, sino también por el teniente Taborga, el estafeta Félix, el cabo Juan, Manchego, Ustarez, Marzana y otros héroes tanto bolivianos y paraguayos―, se glorifica en acciones muy sensibles, o se convierte en un instrumento de tortura o muerte de propios y extraños.

Adolfo Cáceres, en su obra, rompe el mito de los guerreros justos vs. los guerreros injustos. Por esto, él muestra como en el bando boliviano los soldados no sabían si debían cuidarse más de algún superior que había perdido el juicio o de los soldados enemigos, los pilas. El autor revela que quienes reconocen más el heroísmo, ―llevado al summun del sacrificio―, de los oficiales y soldados bolivianos que pelearon en el fortín Boquerón y que fueron tomados presos, paradójicamente son el ejercito paraguayo y su pueblo.

Cáceres irrumpe con una forma de narrar que no tiene nada que envidiar a los grandes de la literatura latinoamericana y universal. El lector podrá sentir los instantes más crueles de la guerra y comprender las vivencias de los héroes bolivianos y paraguayos, en el conflicto del Chaco.

El Charanguista de Boquerón, de Adolfo Cáceres Romero, es una gran novela que no solamente permite conocer un pasaje de la historia boliviana, sino también posibilita vivenciar y comprender un hecho fáctico donde se valora profundamente la esencia humana del boliviano.

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