LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

jueves, 27 de enero de 2011

"El gobierno del MAS en Bolivia: de la EVOlución a la INVOlución"

LES PRESENTO UNA CRITICA CONSTRUCTIVA DE HANDEL GUAYASAMIN QUIEN TUVO LA OPORTUNIDAD DE VIVIR EN BOLIVIA

"La critica constructiva es aquella que como el aceite condimenta una ensalada.  El sabio aprovecha del aceite, el soberbio y el estúpido lo rechazan"
I.P.S.



EL GOBIERNO DEL MAS: De la EVOlución a la INVOlución


Fuente: http://analitica.com/va/internacionales/opinion/2968992.asp#

Autor: Handel Guayasamin

www.handelguayasamin.com
handelguayasamin@yahoo.com


Sorprendido por el rumbo que está tomando el proceso boliviano y motivado por mi larga relación con Bolivia y con su pueblo, me animo a escribir esta nota, que espero tenga eco en los dirigentes del MAS, en los funcionarios del actual gobierno y en el propio compañero presidente Evo Morales.

Pocos países de América Latina han tenido una historia tan dramática como Bolivia. De los señoríos originarios al coloniaje estractivista y genocida; de las luchas independentistas a la república de patronos, hacendados y “varones” del estaño; de la revolución nacional a la traición a la nación y a los sectores populares que la impulsaron; de la guerrilla del “Che” a las dictaduras sangrientas y entreguistas; de la apertura democrática a la utopía de la democracia plena.

En Bolivia, desde hace más de 500 años, los pueblos y nacionalidades indígenas siempre fueron sometidos y explotados. La exclusión de éstos fue siempre “lo normal” durante toda la colonia, la república, las dictaduras y la democracia reciente. La victoria del MAS en diciembre del 2005, que llevó a Evo Morales a la presidencia de la republica en enero del 2006, abrió un proceso inédito en Bolivia y en toda América: por primera vez un representante de los pueblos originarios llegaba al gobierno y al poder.

Todos los sectores democráticos de Bolivia y del planeta, vimos con orgullo y satisfacción este hecho que venía a resolver un viejo anhelo: Bolivia, finalmente, sería gobernada por “los propios”.

Para que esto ocurra en democracia, muchos hombres y mujeres tuvieron que enfrentar a gobiernos entreguistas y dictaduras sanguinarias. Muchos bolivianos y bolivianas fueron exiliados, torturados, encarcelados y asesinados. Los que sobrevivimos a estas gestas, apoyamos esperanzados el advenimiento del gobierno del MAS, porque considerábamos que el sacrificio no había sido en vano.

El ascenso democrático al poder del compañero presidente Evo Morales significaba también que el fantasma de la guerra civil y el de la confontación regional “colla-camba”, se resolverían en democracia.

Quienes conocemos entrañablemente Bolivia, porque la hemos vivido, amado y luchado, sabíamos lo difícil que sería la tarea del compañero presidente Evo Morales y de su partido, el MAS. Existía y todavía existe un gran reto para los actuales gobernantes: transformar, en democracia, las caducas estructuras de Bolivia y refundar, en democracia, la nueva institucionalidad político administrativa del estado boliviano, a fin de que garantice la equidad, la justicia, la libertad plena, la inclusión social, la participación ciudadana, la integración nacional y latinoamericana, la igualdad de género y de oportunidades, el respeto a la diversidad cultural, el fortalecimiento de los pueblos originarios y de las identidades nacionales, la protección y conservación de la Madre naturaleza, en suma: el buen vivir.

Este gran reto se complica mucho más porque, para los actuales gobernantes, existe una clara contradicción de tipo cultural, ya que su cosmovisión andina-aymara -sustentada en valores como la solidaridad, la armonía con la Pachamama y la reciprocidad-, difiere en mucho de los valores propiciados por la cultura occidental (mercado, rentabilidad, individualismo y consumismo); y, por otro lado, los sistemas de gobierno de las comunidades originarias (quechuas, aymaras y amazónicas), poco tienen que ver con las estructuras democrático-burguesas heredadas de la revolución francesa que han sido perfeccionadas por los estados democráticos contemporáneos. Para agravar este panorama, es indudable que existía y existe en el actual gobierno del MAS, una falta de experiencia, de formación y de cuadros tecnico-políticos para el manejo de las complicadas estructuras del estado democrático boliviano, de sus instituciones, de sus leyes, sus normas y procedimientos.

El próximo mes de enero del 2011, se cumplen cinco años de la ascención del compañero Evo Morales a la presidencia de la república y del MAS al gobierno, tiempo que ya ha permitido tener resultados de significación, pero no los necesarios ni los suficientes; y, porque estamos concientes de la magnitud de la tarea a realizar, asumimos una posición madura y consecuente: apoyando y difundiendo la validez del proyecto y del proceso. Debíamos darle tiempo al proceso y ser tolerantes con el desarrollo del mismo, ya que el actual gobierno tenía inclusive el “derecho a equivocarse”, pero no tanto. No podemos, con estos antecedentes y en este contexto, ocultar nuestra enorme preocupación respecto de los graves equívocos cometidos, la poca concresión de resultados y lo más grave, la prepotencia, la intolerancia y el autoritarismo con el que el compañero presidente EVO Morales y su gobierno pretenden ocultar sus errores y acallar cualquier posición crítica, por legítima y necesaria que esta sea.

Parecería que, nuevamente, la condición humana –que es capaz de llevar al ser humano al sacrificio o a la barbarie- está llevando al proceso boliviano a una peligrosa desnaturalización. Dicen que lo real y profundo de cada ser humano aflora con el ejercicio del poder, que es corrosivo y que, al perforar la piel, permite que aparezca el interior de cada persona, en el ejercicio –o usufructo- del poder.

Luego de cinco años de gobierno del compañero presidente Evo Morales y del MAS, constatamos con indignación que se está produciendo un quiebre antidemocrático, revanchista y autoritario. Sólo así se entienden los actos de persecución política en contra de todo aquel que disienta de la voz oficial. En los últimos tiempos, con una frecuencia que es cada vez mayor y por tanto cada vez más preocupante, el gobierno del compañero presidente Evo Morales, recurre al uso de la fuerza, de la cárcel, del ostigamiento y de la violencia en contra de todo aquel que se permite criticar u oponerse a las equívocas determinaciones del régimen o a “la verdad” del gobierno.

Juicios sin el debido proceso, inculpaciones calumniosas a hombres y mujeres de probada integridad -que con su vida de servicio a su país y a su pueblo han dado cuenta de sus convicciones y enterezas- son ahora el pan de cada día en “la labor” del gobierno. En lugar de hacer la transformación –con cinco años en el gobierno, ya no son tiempos de campaña electoral- ahora el gobierno no deja de insultar, de agredir y de transgredir toda norma y toda ley, para demostrar su hegemonía.

Será sólo por intolerancia?. Será por temor?. Será porque la prepotencia y el ego -alimentados por los cortesanos de turno- han mellado la personalidad del compañero Presidente?. O será porque existen otros derroteros, de carácter antidemocrático y caudillista, los que se quieren imponer en Bolivia?

Todos quienes confiamos y apoyamos este proceso esperamos rectificaciones inmediatas. Las grandes tareas de la revolución boliviana todavía están muy lejos de ser alcanzadas.

La equidad, la justicia, la libertad plena, la inclusión social, la participación ciudadana, la integración nacional y latinoamericana, la igualdad de género y de oportunidades, el respeto a la diversidad cultural, el fortalecimiento de los pueblos e identidades nacionales, la protección y conservación de la Madre naturaleza, en suma: el buen vivir, es la gran tarea que, en democracia se planteó y que, en democracia debe alcanzarse.

Los verdaderos revolucionarios no podemos cometer los mismos errores que caracterizaron a quienes siempre combatimos.

Rectifique, compañero Presidente Evo Morales.









sábado, 8 de enero de 2011

LAS “TARAS” PSICOSOCIALES EN EL COMPORTAMIENTO DEL BOLIVIANO


Autor: Ivan Prado Sejas*


“En cada país se cuecen habas, pero en Bolivia las habas son muy singulares”.


LOS ESPEJISMOS SOCIALES O “TARAS” PSICOSOCIALES

Las taras psicosociales o espejismos sociales son formas arraigadas de comportamiento incorporadas en los individuos y los grupos. Estas taras o espejismos son introyectados por los individuos de una sociedad, y se mantienen por décadas o siglos. No habiendo una toma de conciencia individual o social para transformar, estas taras se mantienen y tienen su influencia negativa en el desarrollo psicosocial de los individuos. Por ejemplo, la tara psicosocial de la separatividad ha mantenido el racismo y la discriminación social en el mundo por siglos, y todavía se mantiene en la percepción de muchos sujetos. En la medida que la sociedad se ha ido transformando, y los individuos han empezado a desarrollar la toma de conciencia individual, social, ecológica y/o espiritual, muchas de las taras han desaparecido o han disminuido en su influencia. Sin embargo, existen taras que todavía están ahí, y en Bolivia, se constituyen y se constituirán en una cuña para el crecimiento y desarrollo del país. Entre las “taras” que influyen negativamente en el comportamiento de los bolivianos tenemos:

1) La excesiva polarización política y social: Hoy se habla de “derechas” e “izquierdas”, de “bien” y “mal”, k´aras y t´aras, kollas y cambas, etc., y se asume que esto es así, y por lo tanto se toma una postura por un bando o por otro. Cuando esta polarización se da de forma dinámica genera un proceso de crecimiento y transformación. Sin embargo, cuando la polarización es excesiva y los polos se cristalizan en puntos extremos, entonces, emerge la presión y el conflicto surge. En nuestro país las izquierdas y las derechas se han polarizado siempre de forma extrema, porque los dirigentes (en su mayoría) se han identificado de forma dogmatica con paradigmas ya sea del capitalismo salvaje y perverso o del socialismo materialista retrogrado. Entonces, el entendimiento ha estado lejos de ser una realidad. Por esto, los representantes de la media luna se apegaron a la embajada norteamericana, y los representantes oficialistas se apegaron a Chávez y Castro. Y lamentablemente, existen puristas en cada polo, que no desean nada con el otro polo, y estos son los radicales de ultraderecha o de ultraizquierda. Menos mal, que la realidad política latinoamericana actual muestra que las tendencias progresistas que hacen uso del neoliberalismo y del socialismo ha ido en aumento. Estos partidos o movimientos minimizan la polarización en extremos. En Bolivia, existe la necesidad de otro partido con tendencia social o progresista que equilibre la dinámica política actual y continúe con las transformaciones. (Si, en las futuras elecciones, gana un partido volcado hacia la extrema derecha, es posible que todos los cambios que se realizan hoy sean “borrados”). 

2) Relaciones humanas en conflicto: Las buenas relaciones humanas son la base del entendimiento entre las personas, si las relaciones interpersonales son malas, entonces las personas no se llevan bien. Hoy vemos, que las relaciones entre los políticos oficialistas y de la oposición son como la del perro y gato. Es verdad que el oficialismo sufrió el embate encarnizado de una oposición dirigida por una potencia extranjera (grave error de la oposición), pero la batalla la ganó, y después el pueblo le dio la posibilidad de tomar el gobierno con mayoría. En la asunción al poder, en su segundo mandato, el Presidente había señalado que ya era la hora del “munanaku” (buenas relaciones), pero dio vuelta atrás. ¿Por qué? Yo me imagino que es por el entorno de influencia que rodea al mandatario. Algunos allegados están creando enemigos hasta en la sopa del Presidente. 

3) La pobrenetud: La “pobrenetud” es la mentalidad de “pobre” que posee una persona, independiente de su estatus económico. En Bolivia muchos sufrimos de este mal, por esto un sociólogo boliviano decía que en el país hasta el más rico es pobre; esto por la mentalidad de “pobrenetes”. Entonces, si esta tara hace mella en la mentalidad de los bolivianos, el “vivir bien” es una utopía o algo a ser rechazado, por lo tanto no me esfuerzo para mejorar. Por esto, una buena parte de los campesinos (lamentablemente) se constituyen en sectores improductivos (solo trabajan tres meses al año, solo producen un producto, solo producen una parcela, etc.). En otros sectores, muchos de nuestros empresarios son “tenderos de barrio”, tienen su empresita solo en la región, solo en el departamento, solo en el país, etc.). Ejemplos parecidos podemos dar muchos, pero para muestra es suficiente dos botones.

4) La mediocridad: La persona mediocre es aquella que tiene escasa dote intelectual o que no se destaca en aquello que hace. Es aquella persona que llega solo hasta un nivel medio en sus aspiraciones personales. La mediocridad en Bolivia es estimulada en el hogar, por las bajas aspiraciones de los padres; en la escuela, por la poca exigencia; en la universidad, por la masificación y el bajo nivel académico, etc. Entonces, la mediocridad es una tara que está presente en el comportamiento de los bolivianos.

La mediocridad es una tara arraigada con antecedentes sociales e históricos, donde emergen la baja autoestima, el complejo de inferioridad, la baja motivación, la sumisión, etc. Una “nueva familia”, una “nueva escuela” y una “nueva universidad” podrían permitir lidiar con el problema de la mediocridad.

5) “Esfuerzo mínimo”: Muchos en Bolivia han optado por hacer poco o nada y quieren ganar la mayor cantidad de dinero que se pueda. Estos sujetos abundan, y las causas para su mantenimiento son por desempleo, por subempleo, por falta de supervisión; esto en el ámbito empresarial. En el entorno de las instituciones públicas, está comenzando a existir aquello que se daba en las antiguas empresas estatales; el vuélvase mañana. El esfuerzo mínimo emerge por falta de motivación, falta de incentivos, ausencia de visión, falta de reconocimiento. Por ejemplo, una mayoría de las empresas no tienen políticas de incentivos, y peor las instituciones públicas. El “esfuerzo mínimo” es propiciador de la baja productividad en individuos y grupos trabajan en alcaldías, gobernaciones o en instituciones gubernamentales. El gobierno tendrá que generar instancias de seguimiento y evaluación de las instituciones públicas para poder eliminar o disminuir la influencia del “esfuerzo mínimo”.

6) Contrerismo: El contrerismo es un comportamiento que surge cuando el individuo o grupo de individuos se oponen a otros individuos o grupos simplemente por oponerse. Por eso, en broma se dice que un cochabambino es aquel que ingresa en una reunión, y sin saber nada de la misma, dice: “no sé de que estarán tratando acá, igual me opongo”. Está actitud de contreras, lógicamente no corresponde solamente a una parte de los cochabambinos, sino también a una buena parte de los bolivianos. Este contrerismo emerge con más fuerza en el mundo político donde las personas, muchas de ellas, se oponen a toda medida o acción del oficialismo o de la oposición simplemente por oponerse. Y esto provoca, una actitud negativista en el individuo o grupo, que asumen una visión negativa del mundo que le rodea. Este contrerismo surge con más fuerza en el mundo de los políticos, quienes se consideran sabihondos, y atacan al otro u otros simplemente por dar la contra, aun sin tener los argumentos necesarios. El gobierno tiene que reconocer las sugerencias y críticas de la oposición para mejorar su gestión y así evitar el contrerismo.

Estas taras tienen que ser trabajadas, para su disminución o eliminación; sobre todo en los ámbitos político y social. El gobierno ha sido efectivo para romper algunos paradigmas que hacían de Bolivia un país racista y discriminador, y con algunas de sus políticas aplicadas ha afectado en los espejismos vigentes. Sin embargo, falta mucho por hacer todavía, y se tendrá que atacar los espejismos sociales desde la familia, la educación pública y privada, los medios de prensa y televisivos, las religiones, etc. La transformación continua es la herramienta que el gobierno boliviano tiene que impulsar, en un entorno abigarrado, como decía Zabaleta, utilizando los medios necesarios. No es suficiente solo tener buena voluntad para el cambio, sino también conocimiento y experiencia.

Para el pueblo boliviano será bueno que emerja o se fortalezca también otro movimiento o partido político de izquierda, progresista, con gente de transformación y que equilibre al partido que está en función de gobierno, puesto que así se dinamizarán los cambios y esto coadyuvará en la eliminación de las taras mencionadas.

*Este artículo salió el 2011, pero aun hoy es vigente, y por esto recorté trechos para actualizarlo de alguna manera. 

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