LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

viernes, 25 de noviembre de 2016

La violencia de género: un problema político




ALBA TV

ALAI AMLATINA, 25/11/2016.-  En el continente americano, desde los años noventa, los movimientos de mujeres vienen denunciando el carácter político de la violencia de género, siendo ésta al mismo tiempo resultado e instrumento del sistema de dominación patriarcal y sus prácticas de discriminación históricas, tan antiguas y arraigadas en la sociedad hasta hacerse “invisibles” y permear los distintos aspectos de la vida social. Se trata de una violencia en primer lugar sexista y misógina, pero también clasista, racista, ideológica, económica, política y religiosa, cometida contra las mujeres en cuanto mujeres dentro de un sistema que apunta a mantenerlas en una condición subalterna.

Las acciones de los movimientos feministas y de mujeres del continente a lo largo de estos años han ido visibilizando la responsabilidad no sólo social sino también institucional de la violencia de género: ya que las Instituciones cubren “un rol esencial en la reproducción de la violencia contra las mujeres, sea no implementando políticas y campañas de sensibilización adecuadas para contrastarla, sea actuando ellas mismas unas políticas discriminatorias que apuntan a conservar el estatus quo de disparidad entre los géneros”, como evidenciado en una investigación de la abogada y feminista Barbara Spinelli sobre el tema [1].

Frente a esta realidad, la articulación continental de los movimientos sociales feministas y de mujeres ha jugado, sobre todo en los últimos quince años, un rol clave para presionar los gobiernos a tomar medidas que apunten a garantizar los derechos humanos de las mujeres. En particular, a partir de procesos reales de denuncia social, junto también al compromiso institucional de mujeres del mundo académico y político, se ha logrado posicionar en las agendas legislativas de casi todos los países latinoamericanos el reconocimiento del crimen de femicidio (o inclusive de feminicidio, término más complejo que evidencia la responsabilidad de las instituciones y que se cataloga como “crimen de Estado”). El hecho de nombrar el femicidio/feminicidio ha permitido empezar a conocer las dimensiones reales de este grave problema, cuyas cifras son muy altas en toda Latinoamérica [2], para así generar acciones hacia un cambio social, cultural, legislativo, político.

Los derechos de las mujeres en la Revolución Bolivariana

En el marco de la Revolución Bolivariana, el gobierno venezolano se ha comprometido con los derechos de las mujeres, impulsando “políticas públicas, acciones legislativas, decisiones judiciales y múltiples medidas positivas para favorecer la superación de las formas de discriminación, desigualdades e iniquidades de género aún presentes en la sociedad venezolana “, como analizado en el informe [3] que la Red de Colectivos La Araña Feminista ha presentado a inicio de este año como contribución al Examen Periódico Universal (EPU) de la República Bolivariana de Venezuela.

El informe presentado por La Araña Feminista analiza avances y retos con respecto a los derechos humanos de las mujeres en el país, formulando recomendaciones específicas por cada tema en el cual aún falte ahondar para que éstos sean efectivos, garantizando “una mayor eficiencia en la ejecución de políticas públicas” e impulsando también “nuevas acciones en temas no abordados”. Si bien hay consideraciones específicas sobre la violencia de género, es necesario reconocer que ésta se caracteriza por violar los derechos humanos de las mujeres en general, y por eso hay que considerarla en todos sus aspectos.

Se habla entonces del derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la interrupción voluntaria del embarazo, (tema de salud pública que representa una deuda de la Revolución Bolivariana hacia los derechos de las mujeres); de derechos sexuales y reproductivos (el problema del embarazo adolescente, la mortalidad materna y la violencia obstétrica); del derecho a una vida libre de violencia (han habido avances legales y se han creado tribunales y dependencias fiscales específicos para los casos de violencia de género, pero siguen habiendo patrones de conductas machistas en quienes administran la justicia); de los derechos a la participación política de las mujeres (masiva en el territorio y en las organizaciones sectoriales, pero aún muy inferior en las instancias de poder con capacidad de toma de decisiones); del derecho a una educación libre de prejuicios de género y estereotipos sexistas; del derecho al trabajo, las políticas de cuidado y crianza y el ejercicio de la corresponsabilidad; incluyendo unas recomendaciones sobre prostitución, trata y tráfico de personas con fines sexuales.

Guerra contra la Revolución, guerra contra las mujeres

En el contexto que actualmente vive la Revolución Bolivariana, caracterizado por ataques mediáticos, económicos y políticos por parte del capital transnacional y de las derechas nacionales y continentales, sin duda las mujeres constituyen un objetivo clave debido a su elevada participación política en los territorios. En este sentido, la guerra económica se ha nutrido de las desigualdades de género presentes en la sociedad venezolana: siendo las mujeres las encargadas culturalmente del cuidado de las hijas y los hijos, de las personas mayores y del hogar, han sido las principales afectadas, teniendo que dedicar mayores energías y tiempo para hacer frente a la desaparición de los productos de la cesta básica, de los pañales desechables, de los medicamentos.

Pero la guerra no se ha detenido en ese ámbito, atacando directamente a las mujeres chavistas de organizaciones de base o en cargos de gobierno. Amenazas, violaciones, mensajes ofensivos, hasta llegar al femicidio de mujeres activas políticamente en sus comunidades: ésta es la situación denunciada por Alejandra Laprea, del Colectivo feminista Tinta Violeta. “Ellas están haciendo irreversible nuestra revolución en lo más profundo del alma del pueblo, en nuestras comunidades. Son ellas y mujeres como ellas las que movilizan las bases, las que convierten en pueblo consciente a la “masa”, las que hacen posible la organización popular y la ejecución de políticas públicas como los consejos comunales o los CLAP. Ellas están envalentonando a la gente. Porque, si esa señora de más de 40 años, ex ama de casa, que quizá recientemente sacó el bachillerato en la misión Ribas, sale a la calle a tomar la palabra ¿quién no lo va a hacer? ¿quién no va a luchar por sus derechos, si ellas son las primeras en las filas de la revolución?... y eso las hace muy peligrosas y por eso las matan”, explica Alejandra Laprea.

“A las mujeres se nos cobra caro el tomar la palabra en público, el que metamos nuestra cuchara en la organización de nuestra sociedad y en las decisiones y acciones que esto implica. Se nos cobra como a cualquier otro revolucionario pero, también nos pasa factura el patriarcado. Esa factura del patriarcado a veces viene expresada en abuso o acoso sexual, a veces a través de amenazas a nuestras hijas o hijos, a veces se expresa poniendo en tela de juicio social que cumplamos en la familia, como madres e incluso se cuestiona lo que hemos construido como “ser mujer”. Todas estas acciones tienen como fin coartar la participación política de las mujeres que en el caso de la revolución significa coartar la participación de aproximadamente el 80% de las voceras de los consejos comunales, desarticular CLAPS, Comunas, entre otras organizaciones del poder popular que hemos creado y puesto a funcionar como el Nuevo Estado Revolucionario”, afirma Alejandra Laprea.

El necesario cambio cultural

La violencia machista sin embargo no es prerrogativa solamente de las derechas: en el seno de las mismas organizaciones e instituciones revolucionarias permanecen prácticas y actitudes patriarcales, que hacen necesaria una revisión constante y atenta para poderlas desenmascarar y enfrentar. Y si por un lado los dirigentes de los partidos políticos de la derecha están continuamente denigrando a las mujeres chavistas, algunos dirigentes de la revolución también han reproducido actitudes parecidas, como reclama en un reciente artículo muy crítico la periodista Indira Carpio.

“Una de las campañas sucias de la política venezolana en la actualidad consiste en (burlarse y) adivinar la paternidad de un supuesto embarazo de Lilian Tintori, la esposa del líder opositor preso Leopoldo López. Y si acaso todavía más retrogrado, condenarla porque abortaría” escribe Indira Carpio, “esto, como si no fuera suficiente el prontuario de López para mantenerlo tras las rejas”. Afirma Indira Carpio: “Si el machismo criollo tiene que hacer mierda los principios de la ideología que dicen practicar (el socialismo del siglo XXI) para mantenerse en el poder, se llevan por delante mujer, principios, y la ideología misma, entonces los infieles son sus militantes [4]”.

Alejandra Laprea, del Colectivo Tinta Violeta, también pone en evidencia el sustrato cultural machista que permea las organizaciones revolucionarias, y el necesario cambio cultural que hay que impulsar: “no es para que nos horroricemos o neguemos estas cosas, es para que tomemos consciencia que el patriarcado, al igual que los otros monstruos que reproducen el capitalismo, es decir el colonialismo y el racismo están sembrados desde hace más de 500 años en Nuestramérica y en cada una de nosotras y nosotros y que nuestro deber revolucionario es revisarnos todas y todos y ver como los arrancamos de nuestra sociedad, de nuestras prácticas políticas y culturales.” Por su parte, durante el Congreso Venezolano de Mujeres del año pasado, el Gobierno Bolivariano afirmó su disposición a enfrentar todos los temas de género, sin tabúes.

Notas

[1] Barbara Spinelli, Femminicidio. Dalla denuncia sociale al riconoscimento giuridico internazionale, Ed. Franco Angeli, Milano (2008)

[2] Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se registra un incremento de las cifras de violencia de género y femicidio/feminicidio en la región: en este caso también hay que precisar que eso se debe también a un mayor reconocimiento legal de los hechos de violencia de género, anteriormente no reconocidos como tales. Sin embargo, mientras la aplicación de la justicia a los culpables siga limitada, la violencia se sigue perpetrando: actualmente, según la ONU, existe un 98% de impunidad.



Fuente: ALBA TV
http://www.albatv.org/La-violencia-de-genero-un-problema.html

jueves, 17 de noviembre de 2016

¡Papa Francisco, un hombre de mucho coraje!





El Vaticano fue escenario del 3º Encuentro Mundial de Movimientos Populares en diálogo con el Papa Francisco. 

Recientemente estuve en el 3º Encuentro Mundial de Movimientos Populares en Diálogo con el Papa Francisco, realizado en el Vaticano, entre los días 2 al 5 de noviembre. Participaron más de 200 delegados de 60 países, representando a movimientos sociales vinculados a la lucha en tres áreas: trabajo, tierra y techo. De Brasil, fuimos ocho delegados escogidos por los movimientos populares dedicados a estos asuntos.

El encuentro se inscribe en un proceso de permanente debate que iniciamos en el año 2013, del cual resultó el primer encuentro en el Vaticano, en octubre del 2014, y que fue seguido por un segundo,  mayor y latinoamericano, realizado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde reunimos más de 5 mil militantes populares. Ahora, el tercer encuentro, nuevamente fue en el Vaticano.

Este proceso de debate y diálogo entre el Papa Francisco y los movimientos populares partió de la propia voluntad política del pontífice de dialogar y dar protagonismo a los movimientos populares en todo el mundo, como estímulo a la organización de los trabajadores y de los más pobres, como esperanza  y necesidad  de cambios que precisa el sistema capitalista.

Por eso, los delegados son escogidos entre los dirigentes de los movimientos populares de todos los continentes, con la mayor pluralidad posible, considerando etnias, religiones, edades, culturas y equidad de género.

Y, aunque siempre participan de estos diálogos representantes del Vaticano, en especial de la Pontificia Comisión de Justicia y Paz, algunos obispos y cardenales vinculados con los movimientos populares en sus regiones, Francisco pidió que se eviten la representación de agentes de las pastorales de la Iglesia Católica, ya que para ellos existen otros espacios.

En el primer encuentro, la base del diálogo fue el debate sobre la realidad y la causa de los problemas que viven los trabajadores en las tres esferas de la lucha social abordadas. Se presentaron un amplio diagnóstico y reflexiones sobre las necesarias salidas, haciendo uso siempre del método de "ver-juzgar-actuar". El Papa Francisco construyó un documento, que, en esencia, se resumió en la defensa de un programa centrado en: “¡Ningún campesino sin tierra; ningún trabajador sin derechos; y ninguna familia sin vivienda digna!”.

Entre el primero y el segundo encuentro, se mantuvo el diálogo en torno de los problemas ambientales, de los agrotóxicos y de las semillas transgénicas, a partir de la consulta a muchos especialistas, teólogos, obispos y movimientos que actúan en esas áreas. Y el resultado fue una espléndida encíclica: “Laudato Si” [Alabado sea], en la cual el Papa sistematiza reflexiones, analiza las causas de los problemas ambientales y propone soluciones. El texto es la más profunda y rica contribución teórica y programática sobre el tema producida en todos los tiempos. Una contribución que ni la tradición teórica de izquierda había producido.
Después, en el segundo encuentro en Bolivia, con la fuerte presencia de afrodescendientes, pueblos indígenas y pueblos con conflictos en sus territorios, como el pueblo kurdo, se avanzó al derecho al territorio. El Papa sumó a sus reflexiones el concepto de que todo el pueblo tiene el derecho a la soberanía sobre su territorio. Y se avanzó también en la concepción de que los bienes de la naturaleza que existen en estos territorios deben ser aprovechados en beneficio de todo el pueblo, o sea, se trata de bienes comunes y no sólo de recursos a ser transformados en mercancías y rentas extraordinarias, como quieren las empresas capitalistas que explotan los bienes de la naturaleza, como los minerales, el petróleo, el agua y la biodiversidad.

Ahora, en el tercer encuentro, estaba en la agenda de los debates nuevos temas relacionados con los graves dilemas que la sociedad moderna está enfrentando en todo el mundo. El primer tema fue la cuestión del Estado y de la democracia. Contamos con la participación del ex presidente Pepe Mujica, de Uruguay, y de otros dirigentes políticos progresistas que enviaron reflexiones. Existe una crítica generalizada en todo el mundo relacionada al funcionamiento del Estado burgués por no representar las bases republicanas, los intereses de las mayorías. Porque la democracia representativa, formal y burguesa no consigue expresar el voto, el derecho y la voluntad de la mayoría de la población. El capital secuestró la democracia por la forma de organizar las elecciones.

Y sobre ese tema, el Papa reaccionó y sorprendió a todos, cuando definió que, en realidad, existe un Estado más que excluyente, un estado terrorista, que hace uso del dinero y del miedo para manipular la voluntad de las mayorías. El dinero expresa la fuerza del capital que sobrepasa las instituciones democráticas y el miedo, impuesto a la población por la manipulación mediática permanente.

Entre todos los participantes, nos quedó la convicción de que precisamos profundizar el debate en nuestros países, para construir nuevas formas de participación política del pueblo que, de hecho, garantice el derecho del pueblo a la participación política en todos los espacios de la vida social. Y nadie posee una receta, una fórmula, depende de la construcción real en la lucha de clases de cada país. La realidad es que estos procesos electorales actuales no son democráticos ni permiten la realización de la voluntad del pueblo.

Otro tema debatido, que tuvo avances en relación a los encuentros anteriores, fue el tema de los migrantes económicos y de los refugiados políticos. Europa vive una verdadera tragedia con los refugiados de Medio Oriente y de África. Millones, repito, millones, de personas están migrando todos los días, de todas las formas - en barco, caminando kilómetros y kilómetros -, para huir de la muerte rumbo a Europa. Y aunque ellos están migrando porque las empresas europeas son los principales proveedores de armas de Arabia Saudita y  de los gobiernos represores de la región, en Europa encuentran más exclusión y xenofobia.
En este sentido, la reflexión de los movimientos siguió en la línea del derecho a un territorio y de la lucha contra la xenofobia. Del derecho a la autodeterminación de los pueblos y contra la guerra. Las guerras no resuelven ningún conflicto social, sino que crean más problemas sociales, además de terminar con la vida de miles de personas, en general los más pobres y trabajadores. Todos los seres humanos son iguales, en su naturaleza y en los derechos. Aquí, emergió la idea de que debemos incorporar en todos nuestros programas la propuesta de la igualdad. La igualdad de oportunidades, de derechos y deberes, y la única base de una sociedad realmente democrática.

Y, sobre este asunto, el Papa Francisco reveló todo su coraje al denunciar que cuando quiebra un banco no demoran en llegar millones de euros para rescatar a los accionistas. Sin embargo, cuando un pueblo está en dificultades y migra, nunca hay recursos públicos para ayudarlos y se encuentra todo tipo de excusas. El Papa denunció el sistema capitalista como autor de esta contemporánea tragedia humana que estamos viviendo, de exclusión, de súper explotación de los migrantes y refugiados, no solo en Europa, sino también en diversas regiones del mundo, practicando aún más exclusión. Nunca se levantaron tantos muros de exclusión, en tantos países, como ahora.

Como ven, los debates fueron muy interesantes. Y deben seguir, por mucho tiempo gracias a la apertura y a la generosidad del Papa Francisco. Todos los documentos completos y los discursos del Papa están accesible en el sitio del encuentro (http://movimientospopulares.org/ )

Nosotros, de la delegación brasileña, exhibimos una manta con la frase “Fuera Temer” en plena plaza de la Basílica de San Pedro, denunciando el golpe y salimos convencidos de que, además de San Francisco de Asís, ahora tenemos un nuevo Francisco revolucionario dentro de la Iglesia.

São Paulo, 14 de noviembre de 2016

Traducción: María Julia Giménez. Edición: ALAI
Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/181691

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