LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

jueves, 10 de abril de 2014

CARTA AL PAPA FRANCISCO de José Antonio Pagola


Por Jóse Antonio Pagola_Adital

Querido hermano Francisco:


Desde que fuiste elegido para ser la humilde "Roca” sobre la que Jesús quiere seguir construyendo hoy su Iglesia, he seguido con atención tus palabras. Ahora, acabo de llegar de Roma, donde te he podido ver abrazando a los niños, bendiciendo a enfermos y desvalidos y saludando a la muchedumbre.


Dicen que eres cercano, sencillo, humilde, simpático… y no sé cuántas cosas más. Pienso que hay en ti algo más, mucho más. Pude ver la Plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione llena de gentes entusiasmadas. No creo que esa muchedumbre se sienta atraída solo por tu sencillez y simpatía. En pocos meses te has convertido en una "buena noticia” para la Iglesia e, incluso, más allá de la Iglesia. ¿Por qué?


Casi sin darnos cuenta, estás introduciendo en el mundo la Buena Noticia de Jesús. Estás creando en la Iglesia un clima nuevo, más evangélico y más humano. Nos estás aportando el Espíritu de Cristo. Personas alejadas de la fe cristiana me dicen que les ayudas a confiar más en la vida y en la bondad del ser humano. Algunos que viven sin caminos hacia Dios me confiesan que se ha despertado en su interior una pequeña luz que les invita a revisar su actitud ante el Misterio último de la existencia.


Yo sé que en la Iglesia necesitamos reformas muy profundas para corregir desviaciones alimentadas durante muchos siglos, pero estos últimos años ha ido creciendo en mí una convicción. Para que esas reformas se puedan llevar a cabo, necesitamos previamente una conversión a un nivel más profundo y radical. Necesitamos, sencillamente, volver a Jesús, enraizar nuestro cristianismo con más verdad y más fidelidad en su persona, su mensaje y su proyecto del Reino de Dios. Por eso, quiero expresarte qué es lo que más me atrae de tu servicio como Obispo de Roma en estos inicios de tu tarea.


Yo te agradezco que abraces a los niños y los estreches contra tu pecho. Nos estás ayudando a recuperar aquel gesto profético de Jesús, tan olvidado en la Iglesia, pero tan importante para entender lo que esperaba de sus seguidores. Según el relato evangélico, Jesús llamó a los Doce, puso a un niño en medio de ellos, lo estrechó entre sus brazos y les dijo: "El que acoge a un niño como este en mi nombre, me está acogiendo a mí”.


Se nos había olvidado que en el centro de la Iglesia, atrayendo la atención de todos, han de estar siempre los pequeños, los más frágiles y vulnerables. Es importante que estés entre nosotros como "Roca” sobre la que Jesús construye su Iglesia, pero es tan importante o más que estés en medio de nosotros abrazando a los pequeños y bendiciendo a los enfermos y desvalidos, para recordarnos cómo acoger a Jesús. Este gesto profético me parece decisivo en estos momentos en que el mundo corre el riesgo de deshumanizarse desentendiéndose de los últimos.


Yo te agradezco que nos llames de forma tan reiterada a salir de la Iglesia para entrar en la vida donde la gente sufre y goza, lucha y trabaja: ese mundo donde Dios quiere construir una convivencia más humana, justa y solidaria. Creo que la herejía más grave y sutil que ha penetrado en el cristianismo es haber hecho de la Iglesia el centro de todo, desplazando del horizonte el proyecto del Reino de Dios.


Juan Pablo II nos recordó que la Iglesia no es el fin de sí misma, sino solamente "germen, signo e instrumento del Reino de Dios”, pero sus palabras se perdieron entre otros muchos discursos. Ahora se despierta en mí una alegría grande cuando nos llamas a salir de la "auto referencialidad” para caminar hacia las "periferias existenciales”, donde nos encontramos con los pobres, las víctimas, los enfermos, los desgraciados…


Disfruto subrayando tus palabras: "Hemos de construir puentes, no muros para defender la fe”; necesitamos "una Iglesia de puertas abiertas, no de controladores de la fe”; "la Iglesia no crece con el proselitismo, sino por la atracción, el testimonio y la predicación”. Me parece escuchar la voz de Jesús que, desde el Vaticano, nos urge: "Id y anunciar que el Reino de Dios está cerca”, "id y curad a los enfermos”, "lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”.


Te agradezco también tus llamadas constantes a convertirnos al Evangelio. Qué bien conoces a la Iglesia. Me sorprende tu libertad para poner nombre a nuestros pecados. No lo haces con lenguaje de moralista, sino con fuerza evangélica: las envidias, el afán de hacer carrera y el deseo de dinero; "la desinformación, la difamación y la calumnia”; la arrogancia y la hipocresía clerical; la "mundanidad espiritual” y la "burguesía del espíritu”; los "cristianos de salón”, los "creyentes de museo”, los cristianos con "cara de funeral”. Te preocupa mucho "una sal sin sabor”, "una sal que no sabe a nada”, y nos llamas a ser discípulos que aprenden a vivir con el estilo de Jesús.


No nos llamas solo a una conversión individual. Nos urges a una renovación eclesial, estructural. No estamos acostumbrados a escuchar ese lenguaje. Sordos a la llamada renovadora del Vaticano II, se nos ha olvidado que Jesús invitaba a sus seguidores a "poner el vino nuevo en odres nuevos”. Por eso, me llena de esperanza tu homilía de la fiesta de Pentecostés: "La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades y gustos… Tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes, con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos”.


Por eso nos pides que nos preguntemos sinceramente: "¿Estamos abiertos a las sorpresas de Dios o nos encerramos con miedo a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la capacidad de respuesta?”. Tu mensaje y tu espíritu están anunciando un futuro nuevo para la Iglesia.


Quiero acabar estas líneas expresándote humildemente un deseo. Tal vez no podrás hacer grandes reformas, pero puedes impulsar la renovación evangélica en toda la Iglesia. Seguramente, puedes tomar las medidas oportunas para que los futuros obispos de las diócesis del mundo entero tengan un perfil y un estilo pastoral capaz de promover esa conversión a Jesús que tú tratas de alentar desde Roma.


Francisco, eres un regalo de Dios. ¡Gracias!

[José Antonio Pagola es sacerdote y teólogo]

Fuente: http://site.adital.com.br/site/noticia.php?boletim=1&lang=ES&cod=80141

martes, 8 de abril de 2014

CÓMO “MATAR” A LOS ESCRITORES



Iván Prado Sejas

En la actualidad los escritores surgen como hongos, desde aquellos que escriben  por simple curiosidad o por una motivación momentánea,  hasta aquellos que son literatos profesionales y que ganan dinero por escribir. La amplia gama de escritores vive en una realidad que los circunda y los interpenetra, como el oxigeno que penetra en los pulmones, y de ahí ingresa al organismo. Y ahí está el sistema socioeconómico en el que vive inmerso el escritor. Pero de esto, no están conscientes muchos, y creen que pueden aislarse del modelo, como si pudiesen vivir sin respirar¹. O sea, no se dan cuenta del sistema en el cual viven. Por otro lado, hay escritores que se aprovechan del modelo, conviven con el mismo y le sacan el provecho para beneficio propio. Otros, parecen simplemente marionetas, y el sistema hace uso de ellos para que ejecuten las acciones que sean más beneficiosas para el propio modelo (El sistema puede corresponder a un modelo socioeconómico capitalista o socialista materialista). En estas circunstancias, el esquema social no es pasivo, tiene su efecto en el comportamiento del individuo y del grupo; por lo tanto, modifica el comportamiento del escritor, y mucho más. Paradójicamente, el ser humano hace del modelo un ente “vivo” que  engulle a los estantes y habitantes del orbe. En estas circunstancias, la “muerte” de un escritor entraña ya sea su desaparición física (p.e., ocasionada por gobiernos dictatoriales) o su anulación o muerte psicológica, a partir de su adaptación pasiva al sistema social, su complicidad con el modelo, su indiferencia frente a la realidad, su auto-amordazamiento o su cobardía para enfrentar lo irreal del sistema social.   En este contexto, hay variantes y mezclas, donde los escritores, agarrados de su “pluma”  o de su “computadora” interpretan la realidad o la irrealidad de mil maneras, mezclando la ficción y lo tangible en una conocida “ensalada” o en un extraño “jugo”².

¿Y quién es el escritor? El escritor es aquel que camina en la superficie mostrando la realidad o la irrealidad; es aquel que se zambulle en las profundidades del ser para mostrar los más “oscuro” o “recóndito” de la naturaleza humana, y; es aquel que vuela a alturas inimaginables mostrando las cualidades del espíritu.  En esta realidad, el escritor puede asumir alguna postura existencial. El escritor puede utilizar su “pluma” como un instrumento de liberación o de transformación, entonces, esto es un peligro para el sistema; el mismo buscará “matar” física o psicológicamente al autor, o intentará inutilizarlo de alguna manera, con una variedad de armas directas o indirectas, sutiles o burdas.  También, el escritor puede usar su escritura simplemente por fama, dinero,  o por simple placer, o sea, no desea asumir el rol de nada. Hay autores que señalan que no desean ser “liberadores” o “transformadores”, puesto que no les interesa liberar o cambiar a nadie, y mucho menos. A estos escritores el sistema ya los “mató”. 

Antiguamente, en los sistemas dictatoriales, los escritores eran perseguidos y eliminados físicamente. Hoy en día, el sistema no necesita matar físicamente, puesto que puede “matar” psicológicamente, y puede hacer que el escritor sea simplemente un reproductor y reforzador del modelo imperante (Este modelo puede ser el Capitalismo Salvaje o el Socialismo Retrogrado; estos como distorsiones de los modelos socioeconómicos existentes) o puede anularlo con una serie de estratagemas.

¿Cómo “mata” psicológicamente el sistema al escritor? Veamos:

A LOS ESCRITORES INGENUOS
El escritor ingenuo es aquel que se cree libre de la influencia del medio social y de los sistemas; por lo tanto considera que su obra es inmaculada. El solo hecho de creer que se está libre de la influencia del medio social y de los sistemas imperantes,  hace que este escritor “nazca” muerto. Este escritor, se podría decir que es un “aborto” de la naturaleza literaria, por lo tanto su influencia en la sociedad es nula, aunque el mercado literario lo use para sacar utilidades económicas. Muchas veces se hace al tonto, y no quiere ver la realidad; le interesa ganar dinero y nada más.  
A veces, el escritor ingenuo sale de su ingenuidad, cuando se da cuenta que es usado y abusado por alguna editorial que apoya al sistema, y toma conciencia de que está siendo el tonto útil. Si esto ocurre, entonces, el escritor resucita, y deja de ser ingenuo.

A LOS ESCRITORES CONSAGRADOS
El escritor consagrado es aquel que ya ha hecho un largo recorrido a partir de la creación de muchas obras literarias. Muchos de los escritores consagrados ya tienen un “escudo protector”, y se consideran imbatibles frente a cualquier ataque. Miles de defensores pueden surgir, y hacer una barrera para que el escritor no sea alcanzado por la bala de los críticos. Sin embargo, muchos de ellos, viven concubinados al modelo que los  usa para  mantener el propio sistema. La fama y/o el dinero son el anzuelo para que estos escritores caigan en la redes del sistema. A veces disimulan y se muestran contrarios al sistema, y otras ves no se hacen problema de apoyarlo de manera descarada.  Estos escritores, mueren como escritores para la libertad, y viven como escritores títeres del sistema. Algunos se convierten en escritores “piltrafa”, serviles al sistema.
Por cierto,  también hay escritores consagrados que eligieron la transformación, y usan su pluma para promover la libertad, y no mueren nunca aunque el sistema los persiga y los quiera liquidar; si mueren físicamente, viven a través de su obra.  Hay escritores consagrados que tienen una obra que vale por sí misma, y sus libros son un instrumento que libera al espíritu, independiente de su postura política.

A LOS ESCRITORES PREMIADOS
El escritor premiado es aquel que ha recibido uno o varios premios literarios importantes, en su ciudad o país. Si el escritor no tiene capacidad de toma de conciencia, el primer balazo puede ser su primer premio. El segundo balazo, su segundo premio, y así sucesivamente. Al final, puede morir ametrallado. El exceso de vanidad mata.
Hay escritores que se obnubilan con premios y premios, y solo les interesa la gloria, aunque el contenido de su obra sea: sólo para algunos elegidos;  para sus compadres o padrinos;  para los “expertos” literatos, o finalmente;  para nadie. El diploma recogido es la meta, sin importar el contenido de su obra (esto va sobre todo para los premios literarios amañados con anticipación, o aquellas obras que ganan porque simplemente son un buen producto comercial).
También, existen escritores que reciben merecidamente un premio literario, por una obra que vale la pena.  El premio es lo de menos, lo que les interesa es que sus obras se difundan.  En algunos casos, y dependiendo del país, el deseo de recibir un premio puede ser parte de una estrategia; en otros países, a muchos escritores no les interesa recibir un premio literario.  La mayoría de los escritores reconocidos no han recibido premios, su obra se sustenta por sí misma.

A LOS NOVELES ESCRITORES
Escritor novel, es el escritor nuevo, que recién empieza a publicar su obra. Un escritor novel se salva de no ser liquidado a la primera. Dependerá del tipo de obra y del alcance de la misma para poder liquidarlo o no. Hay países donde se apoya a los noveles escritores, y por lo tanto, estos tienen la posibilidad de crecer, y mejorar la calidad de sus obras de forma continua. Por otro lado, existen países donde los noveles no tienen ningún apoyo; y de los miles de neófitos, solo quedan algunos. El resto muere por “falta de riego”.

A LOS ESCRITORES DE DERECHA
Escritor de derecha,  es aquel que se identifica como tal, y promueve su escritura en favor del capitalismo (ahora convertido en capitalismo salvaje). Este tipo de escritor, es matado por el propio sistema, puesto que su obra no tiene “esencia”, ni “vida”.  Siendo títere del sistema, él no habla por él, sino habla por el sistema y en pro del sistema.
El capitalismo salvaje, disfrazado de capitalismo democrático, a través de sus representantes, coloca un chip (hablando simbólicamente) en el escritor y éste obedece mansamente,  escribiendo obras que generan dinero o simplemente fama;  en sus entrevistas no sólo habla de su obra, sino que también  defiende la  “democracia” capitalista. En muchos casos, las obras literarias producidas por los escritores de derecha son simplemente basura, pero el sistema los convierte en “obras literarias”.
Un escritor denominado de derecha (sin ser de derecha), puede ser también un escritor que defiende la democracia y la libertad, y sólo por el hecho de defender y de escribir obras que buscan la liberación son perseguidos y linchados; sobre todo en países con régimen totalitario.

A LOS ESCRITORES DE IZQUIERDA
En la definición clásica, escritor de izquierda es aquel que se identifica como tal, e incentiva el socialismo denominado de científico, dentro el marco marxista leninista, maoísta, troskista u otro referente materialista. Este tipo de escritores están identificados con el modelo teórico, y su percepción está restringida a ver a través del lente del sistema imperante. Creen que el modelo que siguen es el único modelo para explicar la realidad. Si bien saben que este modelo ha fracasado y que tiene muchas limitaciones para interpretar la realidad, persisten en mantener “viva” su ignorancia. Entonces, sus obras, simplemente son para difundir, como un panfleto,  la ideología ya sea marxista leninista, maoísta o troskista.  Y muchas veces caen en la postura de escritores de secta, donde predomina el fanatismo. La situación de estos escritores es parecida a la de los escritores de derecha, puesto que solo  cambia el color de la camiseta.
Pero también un escritor denominado de izquierda puede ser un escritor progresista, que se opone a cualquier sistema que genere opresión y desigualdad. Y si este escritor está en un país donde impera el capitalismo, es casi seguro que intentarán “liquidarlo” con armas más sutiles, pero a veces contundentes.

A LOS ESCRITORES ANARQUISTAS
Escritor anarquista es aquel a quien no le interesa construir, y simplemente desea destruir todo lo que se le pone al frente, y su escritura le sirve para eso. Si el sistema verifica que este sujeto le favorece, entonces, lo mantiene vivo y difunde sus obras. Y al revés, si el sistema observa que este tipo de escritor lo perjudica, entonces, lo liquida; sus obras no son  promovidas. El escritor anarquista puede ser una persona que no tiene una orientación precisa para desarrollar su obra, o puede ser un individuo que tiene comportamientos anómalos. Entre estos escritores puede haber gente con vacío existencial,  psicopatía, neurosis, sociopatía y otras anormalidades psicológicas.

A LOS ESCRITORES PROGRESISTAS
Escritor progresista es aquel que tiene noción de la sociedad en la que vive y tiene capacidad de toma de conciencia individual y social. Desea no solo su transformación personal sino también de la sociedad. Por esto, su orientación es hacia un socialismo democrático. A veces, el escritor progresista se enfrenta  a un fuego cruzado. Puede no recibir apoyo de ciertas editoriales porque su obra incita a la liberación o transformación, de manera directa o indirecta. Puede no tener el apoyo de sus colegas, puesto que destapa la “olla” o muestra el excremento que hay en los sujetos del sistema y en el propio sistema. Es visto como “izquierdista” o “comunista” y todo el sistema se le viene encima, o; es visto como “derechista”, “facho”, “vendido al imperio”, y todo el sistema se le cae encima³. 
El escritor progresista evita ser liquidado por el sistema, asumiendo una serie de estrategias, que le permiten sobrevivir y luchar en un entorno abigarrado. Su creatividad literaria está al servicio de la humanidad, por lo tanto, tiene la ventaja de que está inmerso en la totalidad, por lo tanto, su obra llega a través de la red globalizada. Puede tener tres lectores, cien lectores, o miles de lectores, la red funciona, y su obra puede alcanzar hasta el último confín de la Tierra. Ya no son necesarias las editoriales para trasmitir la verdad, ya no son necesarios los periódicos y las revistas, ya no es necesario el libro (como objeto tangible); todo puede ser digitalizado y trasmitido. El escritor progresista puede ser un escritor anónimo, un escritor premiado, un escritor consagrado, un escritor novel, un escritor reconocido, etc., y su obra, que expresa lo real y lo irreal (ficcionado o como realidad tangible), está escrita como con cincel en la piedra, para un largo tiempo de existencia.   
El escritor progresista es aquel cuya obra persiste a través del tiempo. Si acaban con su vida, él perdura a través de sus obras. Si lo apresan, él sale de la cárcel y respira libertad a través de los ojos del lector. Si intentan anularlo, el persiste en usar su “pluma” para transformar. Si intentan cautivarlo con dinero y con fama, el escribe siempre lo que le sale del corazón. El escritor progresista nunca muere.

A MANERA DE CONCLUSIÓN
El sistema “mata” o aniquila al escritor de forma directa o sutil, en función de los intereses de los grupos dominantes y de la propia realidad emergente. El escritor que no tiene capacidad de toma de conciencia cae más fácilmente en las redes del sistema opresor.  

El sistema puede “matar” o no al escritor, conforme éste se ubique en el contexto social, y tenga la capacidad de la toma de conciencia, ya sea personal o social. La toma de conciencia es la capacidad de darse cuenta de… aspectos personales, familiares, sociales, ecológicos, transpersonales, y otros atributos internos y externos al ser humano. Aparentemente, la toma de conciencia es fácil, sin embargo, ni todos tienen esa capacidad, puesto que viven engullidos dentro lo irreal, y en algunos casos están muy lejos de la realidad. La toma de conciencia promueve el conocimiento de sí mismo y el conocimiento del entorno. El conocer libera y permite la trascendencia. Por esto, alguien dijo: “La verdad os hará libres”.

El escritor que tiene la capacidad de toma de conciencia desarrollada podrá enfrentar con éxito los embates del sistema o sistemas, porque asumirá una serie de estrategias que le permitirán, a través de su “pluma”, ser un creador (de un mundo nuevo), y/o ser un destructor (de sistemas caducos). Así evitará su “muerte”, y subsistirá por siempre en la memoria de los que transforman la vida.
Notas
1.- Aunque el escritor diga que escribe sólo para sí, en el momento en que un lector agarra su libro, ya se da un contacto entre ambos. El lector recibe algo del escritor. La neutralidad en la escritura no existe, puesto que el escritor coloca de sí en su obra, y el lector toma aquello que desea tomar (Prado S. Iván.)   
2.- La literatura: forma de interpelar al mundo, sostiene Benedetti. Y de él han dicho que es un autor comprometido, que lo es, "lo he sido siempre", aunque a veces lo hayan utilizado como arma arrojadiza, "diciéndolo con talante agresivo, como una etiqueta para ningunearme en otros aspectos de mi obra" (Benedetti).
3.- Nos olvidamos que los modelos socioeconómicos los creamos nosotros (los hombres y mujeres), y no tienen existencia propia, mientras nosotros no los sostengamos. Entonces, si algún modelo ya no nos sirve, debemos desecharlo (Prado S. Iván).

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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http://www.letraslibres.com/revista/entrevista/el-escritor-y-la-politica-entrevista-con-jorge-edwards?page=full

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-Duarte Carmen (2010). El escritor y la política. Recuperado de: http://suite101.net/article/el-escritor-y-la-politica-a16352

-Jitrik Noé (2010). Los escritores (de izquierda) y la política (de izquierda). Recuperado de: http://www.elciudadano.cl/2010/01/11/17013/los-escritores-de-izquierda-y-la-politica-de-izquierda/

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-Moura Cavalcante de Melo, Ana Amélia de (2011). Escritores combativos. Reflexiones sobre el papel del intelectual en la construcción de la democracia. Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 13, nº 26, p. 170–188.

-Mucci Cristina (2008). Los escritores y el poder. Recuperado de:

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Prado S. Iván (2012) Escritores de derecha y de izquierda. recuperado de:


 -Rodriguez L. Xavier (2008). Escritores y Poder, la política frente al espejo de tinta
Xavier Rodríguez Ledesma. Estudios sobre las Culturas Contemporaneas, Vol. XIV, Núm. 28, p. 121-132, Universidad de Colima, México

-Semo Enrique (2001). Jorge Amado o el escritor y la política. Revista La Onda Digital, nro 50.

-Suarez R. Marcelo (2012). Céspedes. Guerrero y hombre de letras. Recuperado de:


-Yusti Carlos (2012). Los escritores en el País de las Hadas. Recuperado de: 

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