LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

viernes, 26 de abril de 2013

EE.UU. busca deshacerse de los Gobiernos de izquierda de América Latina

A la mayoría de los gobiernos de América Latina se los puede catalogar simplemente de progresistas (ni siquiera ya de izquierdistas, esto dentro la tradición del socialismo o comunismo materialistas), y esto porque están usando el capitalismo con tendencia social en beneficio de sus pueblos. La derecha los cataloga de gobiernos populistas y de izquierda, simplemente para evocar ciertos significados que posibiliten el rechazo a dichos gobiernos. Esa cantaleta no ha dado resultado, y los gobiernos progresistas se han mantenido, y si se esfuerzan en hacer "buena" gestión, seguramente se van a mantener por un buen tiempo. Entonces, estos gobiernos progresistas están favoreciendo a las mayorías. Y esto no le conviene a la derecha, puesto que su finalidad ha sido (lamentablemente de la mayor parte de los gobierno de derecha) favorecer a grupos minoritarios. Y con la implementación del capitalismo salvaje, la cosa ha cambiado para peor, los gobiernos de derecha tienen que abrir las puertas de sus países para que las mega-empresas metan (hablando simbólicamente)  su "aspiradora" y saquen toda la riqueza posible, dejando migajas para los pueblos. Y esto, lamentablemente, no cambia, siempre y cuando no se ponga coto al capitalismo salvaje. Ni Clinton ni Obama han logrado romper con la influencia del capitalismo salvaje, simplemente han "suavizado" en algo. Y si los republicanos ingresan al poder, el capitalismo salvaje se exacerba mucho más.  Entonces, quienes ponen límite al capitalismo salvaje son los gobiernos progresistas, y por esto, fuerzas que representan los intereses de mega-empresas capitalistas desean sustituir a los gobiernos de "izquierda" por gobiernos de derecha. Hé aquí un artículo al respecto:
   
EE.UU. busca deshacerse de los Gobiernos de izquierda de América Latina

Mark Weisbrot
Co-director de Center for Economic and Policy Research en Washington, D.C. Es presidente de Just Foreign Policy

Los acontecimientos recientes indican que el Gobierno de Obama ha intensificado su estrategia de "cambio de régimen" en contra de los Gobiernos latinoamericanos ubicados desde el centro hacia la izquierda del espectro político, promoviendo el conflicto de una manera no vista desde el golpe militar que Washington apoyara en Venezuela en 2002. El ejemplo más destacado es el de la propia Venezuela, durante la semana pasada. Mientras esto va a la imprenta, Washington se ve cada vez más aislado en sus esfuerzos por desestabilizar al Gobierno electo de Nicolás Maduro.
Pero Venezuela no es el único país en ser presa de los esfuerzos de Washington para revertir los resultados electorales en los últimos 15 años en América Latina. Ahora está claro que la destitución del presidente Fernando Lugo de Paraguay del año pasado también fue asistida e instigada por el Gobierno de Estados Unidos. En un excelente trabajo de investigación para Agência Pública, la periodista Natalia Viana muestra que el Gobierno de Obama financió a las principales figuras involucradas en el "golpe parlamentario" en contra de Lugo. Después, Washington ayudó a organizar el respaldo internacional al golpe.
El papel de EE.UU. en Paraguay es similar al que desempeñó en el derrocamiento militar del presidente democráticamente electo Manuel Zelaya en Honduras en 2009; donde Washington secuestró a la Organización de Estados Americanos y la utilizó para luchar en contra de los esfuerzos de los Gobiernos de Sudamérica que querían restaurar la democracia. Zelaya declaró más tarde que Washington también estuvo implicado en el golpe en sí.
Esta semana pasada en Venezuela, Washington no pudo apropiarse de la OEA; si bien su secretario general José Miguel Insulza apoyó a la Casa Blanca (y a la oposición venezolana) en la demanda de un "100 por ciento del recuento". Pero Insulza tuvo que dar marcha atrás, al igual que España –único aliado importante de los Estados Unidos en esta empresa nefasta– porque no tenía apoyos.
La demanda de un "recuento" en Venezuela es absurda, puesto que ya ha habido un recuento de las papeletas de votación para una muestra aleatoria del 54 por ciento de las máquinas de votación. Los totales de la máquina se compararon con un conteo manual de las papeletas de votación en presencia de testigos de todos sitios. Estadísticamente, no hay ninguna diferencia práctica entre esta enorme auditoría que ya ha sucedido, y la auditoría del 100 por ciento que la oposición está exigiendo. Jimmy Carter denominó al sistema electoral de Venezuela como "el mejor del mundo", y no hay duda sobre la exactitud del conteo de votos, incluso entre muchos miembros de la oposición venezolana.
Es bueno ver a Lula denunciando a los EE.UU. por su interferencia y a Dilma unirse al resto de América del Sur para defender el derecho de Venezuela a unas elecciones libres. Pero no es sólo Venezuela y las democracias débiles las que se ven amenazadas por los Estados Unidos. Como se informó en las páginas de este diario, en 2005, el Gobierno de EE.UU. financió y organizó esfuerzos para cambiar las leyes en Brasil con el fin de debilitar al Partido de los Trabajadores. Esta información se descubrió en documentos del Gobierno estadounidense obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información de EE.UU. Lo más probable es que Washington haya hecho mucho más en Brasil que se mantiene en secreto.
Está claro que Washington no ve al suavemente reformista, Fernando Lugo, como una amenaza o incluso un radical. Es sólo que él era demasiado amistoso con otros Gobiernos de izquierda. El Gobierno de Obama, al igual que el del presidente Bush, no acepta que la región haya cambiado. Su objetivo es deshacerse de todos los Gobiernos ubicados desde el centro a la izquierda del espectro político, en parte debido a que tienden a ser más independientes de Washington. Brasil también debe estar alerta de cara a esta amenaza para la región.
[Fuente: Center for Economic and Policy Research. Publicado por Folha de São Paulo (Brazil), 20 de abril, 2013].

martes, 16 de abril de 2013

La Iglesia no se arregla sólo cambiando de zapatos

 

 
José María Castillo
Teólogo
Fuente: Adital
9 abril, 2013.
En todo el mundo han sido noticia las nuevas costumbres que el papa Francisco ha introducido en la imagen pública que el sucesor de Pedro ofrece ante el mundo. Nadie duda ya que el papa se parece cada día más a un hombre normal, sin los zapatos rojos de Prada y cada vez con menos indumentarias de ésas, tan llamativas como trasnochadas. Por supuesto, esto es de elogiar, Y expresa que este papa tiene una personalidad fuerte, original, ejemplar. Un papa es importante, no por su imagen pública, sino por su ejemplaridad. Es evidente que el papa Francisco tiene esto muy claro. Por eso lo admiramos, lo aplaudimos, lo sentimos más cerca. Y esperamos mucho de él.
Por supuesto, yo no soy quién para decirle al papa lo que tiene que hacer. ¿Quién soy yo para eso? De todas maneras, y con toda la modestia y humildad que me es posible, me atrevo a sugerir que solamente con simplificar la vestimenta y modificar algunas costumbres, se puede pensar que la Iglesia no se arregla. Será noticia, eso sí. Sobre todo entre personas y grupos más tradicionales. Algunos ya han puesto el grito en el cielo porque, el pasado jueves santo, el papa Francisco se atrevió a lavar los pies de dos mujeres. Da pena pensar que haya gente que, por semejante cosa, se alarmen tanto. ¿No sería más razonable pensar a fondo dónde está la raíz de los verdaderos problemas que sufre la Iglesia? Y, sobre todo, los problemas que sufre tanta gente desamparada, marginada y sin esperanzas de futuro?
Pues bien, planteada así la cuestión, lo que yo me atrevo a sugerir es que la raíz de los problemas, que arrastra la Iglesia, no está en la imagen pública que ofrece el papa. La raíz está en la teología que enseña la Iglesia. Porque la teología es el conjunto de saberes que nos dicen lo que tenemos que pensar y creer sobre Dios, sobre Jesucristo, sobre el pecado y la salvación, etc, etc. Ahora bien, como sabe cualquier persona medianamente cultivada, la teología sigue siendo un conjunto de saberes que se han quedado demasiado trasnochados. Porque son ideas y convicciones que se elaboraron y se estructuraron hace más de ochocientos años. Y, como es lógico, en una cultura como la actual, cuando la mentalidad de la casi totalidad de la gente tiene otros problemas y busca otras soluciones, ¿nos vamos a extrañar de que las enseñanzas del clero interesan poco y cada día a menos personas? Yo estoy de acuerdo en que Dios es siempre el mismo. Y no se trata de que la gente de cada tiempo se invente el "dios” que le conviene a la gente de ese tiempo. Nada de eso. Se trata precisamente de todo lo contrario. Se trata de que nos preguntemos en serio si lo que enseñamos, con nuestras teologías y nuestros catecismos, es lo que Dios nos ha dicho. O más bien lo que enseñamos es lo que se les ha ido ocurriendo a una larga serie de teólogos, más o menos originales, que, en tiempos pasados, dijeron cosas que hoy ya sirven para poco.
Termino poniendo un ejemplo, que ilustra lo que intento explicar. En el "Credo” (nuestra confesión oficial de la fe), empezamos diciendo: "Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso”. Eso es lo que enseñó el primer Concilio ecuménico, el de Nicea (año 325). De otros calificativos, que se le podían haber puesto al Dios de nuestra fe, se escogió el de "todopoderoso”. Es decir, si optó por el "poder”, no por la bondad o el amor, que es como el Nuevo Testamento define a Dios (1 Jn 4, 8. 16). Pero no es esto lo que ocasiona más dificultades. El problema principal está en que, si se lee el texto original del concilio, el griego, lo que allí se dice es que los cristianos creemos en el "Pantokrátor”, que era el título que se atribuyeron a sí mismos los emperadores romanos de la dinastía de los "antoninos” (del 96 al 192), que dominaron la edad de oro del Imperio, y se igualaron a los dioses. Ahora bien, el "Pantokrátor” era el amo del universo, el dominador absoluto del cosmos. Una manera de hablar de Dios que poco (o nada) tiene que ver con el Padre que nos presentó Jesús. Y conste que este ejemplo, siendo importante, es relativamente secundario. Sin duda alguna, la teología necesita una puesta al día, que implica problemas mucho más graves que los zapatos del papa. Vamos a intensificar nuestra fe y nuestra esperanza en que el papa Francisco va a dar pasos decisivos en este sentido. En ello, los creyentes nos jugamos más de lo que seguramente imaginamos.

Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&langref=ES&cod=74671

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