LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

lunes, 18 de mayo de 2015

REVIVE EL MITO DE LA AMAZONAS


Por Claudia Villanueva

El ascenso del sexo femenino en las esferas del poder parece revivir el mito de las amazonas, aquellas mujeres que combatían a caballo empuñando hachas de guerra, disparando flechas, vistiendo pantalones y dueñas de una gran valentía y belleza. Actualmente, las batallas y los escenarios son distintos, pero aún deben desafiar a una sociedad con diferencias de género.

“Muchas niñas y mujeres de hoy están redescubriendo y recuperando lo que podríamos llamar el espíritu de las amazonas”, y buscando que las relaciones entre hombres y mujeres sean igualitarias, aseguró en entrevista con Excélsior Adrienne Mayor, escritora e historiadora de la Universidad de Stanford, California.

Actualmente más mujeres acceden a puestos de poder y de mando, pero aun así en 2013 la relación entre hombres con empleo se ubicó en 72.2 por ciento, mientras que entre las mujeres fue de 47.1 por ciento, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En un artículo publicado en la revista estadunidense Foreing Affairs: Warrior Women. The Myth and Reality of the Amazons (Mujeres Guerreras. El Mito y la Realidad de las Amazonas), Mayor hace un recuento de la existencia de esas mujeres guerreras y cómo las distintas culturas relataron sus hazañas, ya que mientras el mito griego las condenó a la derrota, las historias chinas las enaltecieron.

Los relatos de guerreras situadas en la antigua Persia, Egipto, India y China retratan a esas mujeres como aliadas de los hombres con quienes se enfrentaron en el campo de batalla e incluso se llegaron a enamorar, puntualizó Mayor.

Una de esas historias es la de la batalla entre amazonas y egipcios, plasmada en papiros del siglo VII, cuando el príncipe Pedikhons invadió “la tierra de las mujeres” liderada por la guerrera Serpot. Ambos personajes mantuvieron duelos durante algunos días, además de acaloradas conversaciones acerca del dilema del deber frente el amor. Finalmente, al darse cuenta de que no habría un solo vencedor porque eran igualmente capaces y fuertes declararon la paz.

Precisamente la “tierra de las mujeres” es situada en lo que hoy se conoce como Siria y donde actualmente se encuentra uno de los enemigos más letales del Estado Islámico (EI), las combatientes kurdas (mujeres que se encuentran bajo un intenso entrenamiento militar, dominan armas y lo más importante, están dedicadas a proteger la región de Kurdistán y a su pueblo).

La primera aparición del término “amazonas” en la literatura griega antigua es en la Ilíada, de Homero, alrededor del 750 a.C. Algunos eruditos modernos piensan que la palabra tiene origen persa (iraní) que significa “guerrero”.  Otros señalan un nombre similar en el lenguaje del Cáucaso “señora Amezan”, una heroína amazona de la región del Mar Negro, donde los griegos creían que las amazonas vivían, precisó Mayor.

Explicó que según algunas teorías modernas las amazonas eran mujeres que podían ser tan rápidas a caballo y tan mortales con armas como los hombres, además de llegar a posiciones de liderazgo y de mando en grupos integrados por hombres y mujeres.

La independencia y la autosuficiencia son características que describen a las amazonas, Mayor afirmó que también “son cualidades valiosas para las mujeres de hoy” que defienden sus derechos.

En enero de este año, según datos de la ONU, el mundo logró tener diez jefas de Estado y 14 jefas de Gobierno, una de ellas es la canciller alemana, Angela Merkel, quien según la lista de la revista Forbes es la quinta persona más poderosa del orbe y líder de una de las potencias de mayor importancia.

Otro ejemplo es la actual consejera de Seguridad Nacional de la administración Obama, Susan Rice, una mujer que juega un papel preponderante en la política estadounidense. En ambos casos esos personajes decidieron no tomar los roles que la sociedad establece para las mujeres y optaron por imponer sus propias condiciones y convertirse en amazonas contemporáneas.

Mayor aseguró que “las amazonas siempre están con nosotros, pero a veces ocultas o reprimidas”. En ese sentido, la investigadora del Departamento de Sicología de la Universidad Iberoamericana, Cinthia Cruz Del Castillo, señaló que sí hay un reconocimiento de la falta de equidad en la sociedad, pero tampoco se sabe qué hacer al respecto “porque las líneas no están claras sobre hacia a dónde tendríamos que ir para que la situación fuera diferente”.

Los antiguos mitos y la arqueología moderna demuestran que “la igualdad se contemplaba, se describía y se vivía como una opción natural del ser humano”, agregó Mayor.

En la mitología griega, las amazonas habitaron en el Mar Negro, en lo que hoy es Turquía, Georgia y las estepas del sur de Rusia y Ucrania; también se dice que vivieron alrededor del mar Caspio en Asia central, pero hoy en día se encuentran en cada región del planeta, definiendo el rumbo de su destino.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/global/2015/05/17/1024533

lunes, 11 de mayo de 2015

EL ECOSOCIALISMO: UN PROYECTO PROMETEDOR PARA SALIR DE LA ACTUAL CRISIS



Por: Leonardo Boff

Una de las palabras más difamadas en el lenguaje político neoliberal y capitalista es seguramente la de "socialismo”. Se entiende el por qué, pues el socialismo aparece en la historia como un proyecto alternativo a la perversidad del capitalismo, ya sea como modo de producción ya sea como cultura globalizada, hostil a la vida e incapaz de traer y generalizar felicidad.

Se alega que el socialismo nunca dio buen resultado en ningún lugar del mundo. Tal vez una de las razones para mantener el boicot a la Cuba socialista durante tantos años por parte de Estados Unidos se deba al deseo de mostrar al mundo que el socialismo realmente no sirve y no debe ser buscado como forma de organización de la sociedad. Obama tuvo que reconocer que en eso Estados Unidos ha fracasado. El capitalismo no es la única forma de organizar la producción ni una sociedad. Además, hemos presenciado el derrumbe del socialismo realmente existente en la URSS, que suscitó un entusiasmo casi infantil en el ideal capitalista como triunfador y la verdadera solución final de los problemas sociales.

Pero es forzoso reconocer que aquel "socialismo” nunca fue el socialismo pensado por sus teóricos hace ya tres siglos. En realidad era un capitalismo de Estado autoritario, pues solamente este, y no todo el pueblo, podía acumular y a través de él y de los miembros del partido construir el proyecto socialista, Pero si tomamos como parámetro criterios humanísticos, éticos y sociales mínimos, debemos reconocer que el productivismo en general y el capitalismo como su mayor expresión tampoco han dado buen resultado. ¿Cómo puede resultar bien un sistema que se propone un ideal mezquino de enriquecimiento ilimitado, sin ninguna otra consideración? Sometió a toda la clase obrera en Europa y en otras partes a los intereses del capital, acendrando la lucha de clases, conquistó y destruyó pueblos enteros en África y, en parte, en América Latina, reduciéndolos hasta hoy miseria y a la marginalidad. Devastó y sigue devastando ecosistemas enteros, deforestando gran parte del área verde del mundo, envenenando los suelos, contaminando las aguas, y el aire, erosionando la biodiversidad a razón de cien mil especies de seres vivos al año, según datos del eminente biólogo Ewdard O. Wilson, destruyendo la base físico-química que sustenta vida y poniendo en peligro el futuro de nuestra civilización, suscitando la imagen tétrica de una Tierra depredada y cubierta de cadáveres y eventualmente sin nosotros, como especie humana?

Ese sistema, según cálculos hechos por economistas que asumen el dato ecológico, sirve bien solamente a unos dos mil millones de personas que se ahogan en un consumo suntuoso y en un desperdicio atroz. Pero sucede que somos ya más de siete mil millones de personas, mil millones de las cuales viven en la más clamorosa pobreza y miseria. Todavía más, y se han hecho los cálculos: si este sistema quisiese universalizar el bienestar de los países opulentos como Estados Unidos y Europa necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a esta.

¿Qué sistema atenderá las necesidades fundamentales de la humanidad carente? No será el capitalismo que, allí donde llega, consigo dos injusticias: la social con la riqueza de pocos y la pobreza de muchos, a base de la explotación, y la ecológica con la devastación contundente de la naturaleza.

Sobre él, un día que no sabemos cuándo, vendrá severo el juicio de la historia y le cobrará los millones de víctimas producidas en los siglos en que estuvo vigente, cuyos gritos suben al cielo clamando por una justicia mínima y por el respeto a su dignidad, siempre negadas.

Dejando de lado los varios tipos de socialismo, comenzando por el socialismo utópico (Saint Simon, Owen, Fourier), el socialismo científico (Marx y Engels), el socialismo autoritario-dictatorial (estalinismo) y el socialismo democrático (Schumpeter; no confundirlo con la social democracia), nos vamos a restringir al ecosocialismo contemporáneo. Surgido en los años 1970 con Raymon Williams (Inglaterra), James O’Connor (USA), Manuel Sacristán (España) y entre nosotros con Michael Löwy (O que é ecossocialismo, Cortez 2015), se aleja de los socialismos anteriores y presenta una propuesta radical que «busca no solo la transformación de las relaciones de producción, del aparato productivo y del modelo de consumo dominante, sino sobre todo construir un nuevo tipo de civilización, en ruptura con los fundamentos de la civilización capitalista/industrialista occidental moderna» (Löwy, p. 9-10).

Los tópicos principales de esta propuesta han sido expuestos en el Manifiesto Ecosocialista Internacional (2001) que dio origen a la Red Ecosocialista Internacional (2007). En la Declaración Ecosocialista de Belém (2007) se dice claramente: «la humanidad enfrenta hoy una elección extrema: ecosocialismo o barbarie… se busca parar e invertir el proceso desastroso del calentamiento global en particular y del ecocidio capitalista en general, y construir una alternativa práctica y radical al sistema capitalista» (Löwy, pp.114 e 119).

Esta propuesta se alinea con lo que propone también la Carta de la Tierra, fruto de una amplia consulta a la humanidad, de larga duración hasta ser aprobada y asumida por la UNESCO en 2003.

Dentro de poco todos seremos ecosocialistas, no por opción ideológica sino por razones matemáticas: disponemos solamente de los escasos bienes naturales existentes con los cuales debemos atender a todos los humanos y a toda la comunidad de vida. O repartimos tales bienes con un mínimo de equidad entre todos o no habrá un Arca de Noé que nos salve. O la vida o la muerte.


Véase mi libro Del iceberg al Arca de Noé, Record, Río 2010.

Traducción de MJ Gavito Milano
Fuente: http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=84902

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