LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

jueves, 16 de abril de 2015

EDUARDO DE AMERICA (LAPOBRE)


Aram Aharonian*

A Eduardo Germán María se le dio por firmar con el apellido materno, Galeano, para no usar el paterno anglosajón, Hughes, aun cuando utilizó el Gius para firmar sus caricaturas.  Eduardo fue frustrado futbolista (por patadura), obrero, mensajero, caricaturista, periodista y finalmente escritor, para “ayudar a recuperar los colores y la luz del arco iris humano, algo mutilado por años, siglos, milenios de racismo, machismo, guerras y más. Sí, hermano, somos mucho más de lo que se nos dice”.

Si hacia la veintena de años ya había pasado por la edición del semanario Marcha y la dirección del diario Época, al alcanzar los 30 ya había escrito Las venas abiertas de América Latina: la presentó al premio Casa de las Américas… y no ganó. Casi 40 años después el presidente venezolano Hugo Chávez le obsequió una copia (en la Cumbre de las Américas de 2009) a Barack Obama, con sus análisis socioeconómicos que por momentos tenían sabor de manifiesto e ímpetu de proclama. Pero a éste no le gusta la historia, y mucho menos la de la injerencia y los genocidios perpetrados por sus antecesores y, obviamente, no la leyó.

Incansable caminador errante de América Lapobre, fue corresponsal de Prensa Latina en Venezuela, y para no extrañar las costas montevideanas, se alojó en el desvencijado Hotel La Alemania de Macuto, a unos 40 kilómetros de Caracas. Mucho años después, para olvidar que casi muere de malaria en el trópico (escribió un relato sobre su delirio), logró bañarse nuevamente en el Caribe, frente al mismo hotel, que había resistido la vaguada de 1999.

Su amigo Luis Britto cuenta que cada vez que las policías o los virus o los infartos se ensañaban contra Eduardo, éste salía repotenciado. Consecutivos exilios lo separan de la edición de Marcha y de Época (en Montevideo) y de Crisis, una de las revistas de repercusión continental que en 1973 cierra la dictadura argentina.  En su exilio en Barcelona, las autoridades le exigían que tuviera trabajo para renovarle la visa, pero no le permitían trabajar si no tenía renovada la visa.
Rico en exilios, Eduardo se gambeteó varios géneros literarios para lograr que la plenitud de sus mensajes le llegara a todos. Conoció y vivió con guerrilleros mayas, mineros bolivianos, garimperios venezolanos, consciente de que de esa fragmentación iba a nacer la totalidad en su Memorias del Fuego, mural en el cual las partes se miran con el todo, hecho de detalles que resultan leyes generales y de análisis ágiles como aforismos.

Eduardo comenzó a apuntar las ideas en servilletas y manteles de papel y luego en minúsculas libretitas, que luego se convertían en cuentos, novelas, tratados sociopolíticos, entrevistas y reportajes, con frases demoledoras.

Britto se anima a decir que al tratar la historia como folletín apasionante y la mitología indígena como noticia y la denuncia como poesía, Galeano se va haciendo cada vez más propenso a la antología, porque todo lo suyo es antologizable.

Si Las venas abiertas desmenuzaba la barbarie estadounidense en el continente, el fervor gringo por apoyar dictaduras y genocidios para hacer sus negocios, ahora Mujeres nos envenena de belleza y feminismo, con la ayuda de Helena Villagra, su esposa por cuatro décadas.
Eduardo era un gran escuchador, el cacique Oreja Abierta, como él se definía. Siempre habló de y para los jóvenes, de y para los indígenas, en contra de los narcoestados y el neoliberalismo, en favor de la ecología y la legalización de las drogas. Habló contra el olvido y del rescate de la memoria para encontrar los caminos del futuro común.

Pero también fue un exiliado político, de lo que se abstuvo de hacer una profesión. Salió de Uruguay después de haber sido encarcelado por la dictadura, cruzó el Río de la Plata para vivir en Argentina, pero –amenazado de muerte- de nuevo tuvo que abandonar ese país con destino a España. Bah, a Cataluña.

En 1985 regresó a su país, donde cofundó el semanario Brecha. Ese mismo año obtuvo el premio Stig Dagerman, y a lo largo de su vida recibió varios doctorados Honoris Causa por parte de universidades en Cuba, El Salvador, México y Argentina, en 2010 el Premio Manuel Vázquez Montalbán en la categoría de Periodismo Deportivo y en 2013 la Orden Simón Rodríguez de manos de Nicolás Maduro: Chávez no sobrevivió para entregársela, tras rechazar una condecoración con el nombre de Francisco de Miranda, “agente inglés”.

Solidario por antonomasia, con los pueblos y las ideas. De sus últimos textos publicados recatamos: “Los huérfanos de la tragedia de Ayotzinapa no están solos en la porfiada búsqueda de sus queridos perdidos en el caos de los basurales incendiados y las fosas cargadas de restos humanos. Los acompañan las voces solidarias y su cálida presencia en todo el mapa de México y más allá, incluyendo las canchas fútbol, donde hay jugadores que festejan sus goles dibujando con los dedos, en el aire, la cidra 43, que rinde homenaje a los desaparecidos”.

Siempre del lado de los pobres, de los indignados, su activismo social y compromiso con los desprotegidos lo llevó a Chiapas a conocer de cerca al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, experiencia que vertió durante varios años en diversos artículos, por ejemplo, en Una marcha universal (2001). “Los que hablan del problema indígena tendrán que empezar a reconocer la solución indígena. Al fin y al cabo, la respuesta zapatista a cinco siglos de enmascaramiento, el desafío de estas máscaras que desenmascaran, está despegando el espléndido arcoiris que México contiene y está devolviendo la esperanza a los condenados a espera perpetua”.

“Los indígenas, está visto, sólo son un problema para quienes les niegan el derecho de ser lo que son, y así niegan la pluralidad nacional y niegan el derecho de los mexicanos a ser plenamente mexicanos sin las mutilaciones impuestas por la tradición racista, que enaniza el alma y corta las piernas”.
En 2008, Galeano recibió la distinción del Mercosur –el primer ciudadano ilustre de la subregión- y brindó un inolvidable discurso, en el que dijo ser "patriota de varias patrias". "Sólo siendo juntos seremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos", expresó.
A Eduardo lo conocí cuando yo comenzaba como redactor deportivo en Época y nuestra amistad se prolongó en cafés, almuerzos y largas cenas en distintas ciudades (las últimas en Montevideo, con Ze Fernando y Angelito Ruocco como cocineros, con vino Tannat), donde los cuentos sobre y de sus nietos iban ganando espacio. Fue el referente y promotor de varios emprendimientos, entre ellos Telesur, cuando nos enseñó a vernos con nuestros propios ojos y reconocernos en nuestro propio espejo.

De acuerdo: “Este es un mundo violento y mentiroso pero no podemos perder la esperanza y el entusiasmo por cambiarlo… la grandeza humana está en las cosas chiquitas, que se hacen cotidianamente, en el día a día que hacen los anónimos sin saber que la hacen”.
Solidario con los palestinos (“Desde 1948 viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir a sus gobernantes”), los pueblos indígenas, los haitianos, los pueblos sojuzgados y que luchan por su futuro.

Pero también con sus amigos, que supo desparramar por toda América y el mundo, y que hoy no encuentran (no encontramos) palabras para ilustrar nuestro dolor ni contener ese lagrimón...  Los indignados, los luchadores de América Lapobre y el mundo han perdido a uno de sus guías, a su máximo referente intelectual y político de las últimas cinco décadas. Y a un amigo.  Me cuesta mucho asumir que no estaré nunca más con él ni se repetirán esos momentos afables, sensibles, divertidos, inteligentes, entrañables, mágicos   de amistad y cariño.  La enorme tristeza me lo impide
Eduardo –Edu, Dudi, Abu- es hoy un legado de millones de palabras, escritas en numerosos libros, dichas en múltiples discursos, convertidas en texto, sonido e imagen, retomadas por miles y miles de jóvenes y adultos, hombres y mujeres inconformes a lo largo y ancho de este planeta, en las entrevistas concedidas, en todas esas frases que rondan Internet…

* Aram Aharonian es periodista y docente uruguayo-venezolano, director de la revista Question, fundador de Telesur, director del Observatorio Latinoamericano en Comunicación y Democracia (ULAC).
Fuente:

martes, 14 de abril de 2015

Las muchas opciones políticas y sus humores


Leonardo Boff, ADITAL

Una situación de crisis generalizada en el mundo y en nuestro país permite muchos humores y no pocas interpretaciones. Toda crisis es angustiante y dolorosa porque desaparecen las estrellas-guía y nos da la impresión de un vuelo a ciegas.

Como mostró el conocido pensador René Girard, uno de los grandes estudiosos de la violencia, todo grupo, comunidad y sociedad necesita siempre crear un «chivo expiatorio» sobre el cual recaen todas las frustraciones y quejas de las personas. Ahora son los comunistas, ahora los subversivos, ahora los homoafectivos, ahora los fundamentalistas, generalmente los políticos y los gobernantes. Modernamente a este complejo fenómeno social le llaman bullying. Con eso se alivian las tensiones sociales y la sociedad encuentra relativo equilibrio, siempre frágil e inestable. Pero se crean también muchas víctimas, a veces inocentes, se deja de reforzar el valor de la convivencia pacífica y se abre espacio al prejuicio y a las actitudes fundamentalistas.

Tal situación se está verificando claramente en Brasil. Prácticamente no hay persona que no exprese algún tipo de malestar, hasta rabia y, en el límite, odio. Quien conoce un poco el discurso psicoanalítico no se admira. Sabe que en el ser humano actúan al mismo tiempo dos fuerzas: la de sombra bajo la cual caben todas las decepciones y descontentos ante una situación dada, ya sea la sanidad que no funciona, el transporte de mala calidad, los impuestos altos, la clase política falta de escrúpulos y sin ligazón orgánica con los electores, la corrupción descarada que supone millones de dólares, cosa que escandaliza, revuelve y exige castigos rigurosos. Pero está también la fuerza de luz que representa todo lo que hay de bueno en el ser humano, la bondad, el amor, la comprensión, la amistad, y en la sociedad el sentimiento de solidaridad en un accidente de carretera, la cooperación al asociarse a una ONG seria que hace un trabajo coherente de rescate de los derechos humanos y la dignidad de los más invisibles, etc.

El desafío es siempre este: ¿a qué damos más primacía? ¿A la sombra o a la luz? Lo deseable y saludable es dar mayor espacio a la luz. Pero hay también momentos en que los hechos perversos, hechos públicos, provocan la ira sagrada, la protesta explícita y la manifestación pública. La sombra tiene también su derecho, pues no es un defecto sino una marca de nuestra condición humana: iracundos y pacíficos, duros y flexibles.

El reto es buscar la justa medida que representa lo óptimo relativo, el equilibrio entre el más y el menos; o la autolimitación que significa el sacrificio necesario para que nuestra acción no sea destructiva de las relaciones sino buena para todos. Una sociedad que se ha civilizado busca siempre este equilibrio. En este grupo están las mayorías que viven de su trabajo, empresarios correctos que llevan el país adelante. Son sensibles a los pobres y difícilmente discriminan a causa del origen, del color o de la religión.

Actualmente se constata un gran abanico de expresiones políticas, digamos de derecha, de centro, de izquierda, cada cual con sus matices. Están los que son conservadores en política, dan primacía al principio de orden, aunque admitiendo que haya excesos sociales. Económicamente son hasta progresistas, abiertos a las novedades tecnológicas.

Están los que miran el escenario mundial, donde las grandes potencias dictan los rumbos de la historia y piensan: no estamos suficientemente desarrollados y fuertes para tener un proyecto propio. Es más ventajoso caminar con ellos, aunque sea como socios menores y agregados. Así no quedamos marginados. Estos temen los proyectos alternativos.

Están los que dicen que no debemos pisar en las pisadas dejadas por otros. Tenemos que hacer nuestra propia pisada con los recursos de que disponemos. Somos grandes, tenemos un pueblo creativo, una naturaleza que nos garantiza que la economía futura, de base ecológica, nos hará decisivos para el futuro del planeta. Estos son alternativos y se oponen directamente a la perspectiva imperial de alineamiento con el proyecto de la globalización. Critican duramente el proyecto neoliberal que acumula por un lado y empobrece por el otro, devastando bienes naturales.

Están los que no esperan nada de arriba, pues la historia ha mostrado que todos los proyectos elaborados por los del piso de arriba han dejado siempre a las grandes mayorías del piso de bajo donde estaban o simplemente fuera. Confían en las organizaciones de los movimientos sociales, articulados de tal forma que consiguan elaborar un proyecto de Brasil de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. Pretenden una democracia participativa y políticas públicas que beneficien a los millones de personas históricamente dejadas atrás. Esos en Brasil, como en otros países de América Latina, con sus partidos, han ocupado el poder de Estado. Han mejorado la situación de los más castigados y todos de alguna manera han ganado. Esos luchan para asegurarse en el poder y llevar adelante el proyecto popular.

Pero no basta esta voluntad generosa. Tiene que venir acompañada de transparencia y de figuras de políticos ejemplares que den cuerpo a lo que predican. Infelizmente eso no ocurrió o lo hizo de forma fragmentaria e insuficiente. No pocos sucumbieron al arquetipo más poderoso en nosotros, según C. G. Jung, el poder, porque nos da la ilusión de omnipotencia divina, de poder decidir el destino de las personas además de innumerables ventajas personales.

Max Weber, el maestro del estudio del poder, sentenció: sólo ejerce bien el poder quien toma distancia de él y lo considera pasajero y servicio desinteresado a la comunidad.

Fuente: http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=84620

lunes, 13 de abril de 2015

EDUARDO GALEANO: ALGUIEN QUE QUISO UNA MEJOR SOCIEDAD



Muere Eduardo Galeano, un hombre que simplemente quiso una mejor humanidad; una sociedad basada en la equidad. Algunos tomaron a Galeano como un simple idealista, otros lo vieron como el enemigo en contra del sistema y muchos lo sintieron como aquel que estaba involucrado en la transformación de la humanidad hacia esferas mucho más altas. Él estaba con todos aquellos que hoy vienen trabajando en la transformación del hombre, hacia el desarrollo de una sociedad humanista, ya sea dentro de una perspectiva socialista o comunista. Si bien, en el transcurso de las décadas, se han desgastado las tendencias de izquierda de cuño materialista dialéctico, paralelamente han surgido con fuerza las nociones de socialismo comunitario, socialismo democrático, socialismo espiritual, socialismo del siglo XXI y otros que han posibilitado el surgimiento de los movimientos sociales y de los grupos progresistas que han tomado el poder en muchos de los países de Latinoamérica.

Galeano ha sido el precursor ideológico de los cambios que se vienen dando en distintos países. Su alma, a través de su escritura, ha dejado huella profunda en la sociedad, y la semilla sembrada ya brota como planta. Los grupos humanos de distintos países han optado por gobiernos progresistas.

Galeano, se va a "descansar", y seguramente verá plasmada su visión en las décadas y centurias que van a pasar en el tiempo holístico del planeta Tierra. 

La crisis presente que atraviesa nuestra sociedad actual, es simplemente el efecto de los "dolores del parto" del nacimiento de una nueva humanidad, que estará impregnada de los ideales y valores que muchos espiritualistas e idealistas imaginaron e imaginan para el nuevo Hombre. Galeano se va tranquilo, puesto que sabe que su misión terminó y él efectuó las tareas que su esencia le encomendó. Una nueva humanidad emerge, y los grupos humanos en decadencia dan sus últimos aleteos.  

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