LAS AMAN ZONTKS

Las amazonas fueron míticas mujeres que conformaron sociedades matriarcales durante periodos prolongados en distintas partes del mundo. Hoy, "amazonas" son aquellas mujeres que luchan por la igualdad de derechos y por una mejor sociedad.

viernes, 25 de mayo de 2018

JATUN WAJLLAY (LA GRAN INVOCACIÓN EN QUECHUA





Imachus Pacha k´anchayninmanta

K´anchay k´anchachun runakunaj umalliyninta

K´anchay jurak´amuchun Jallp´a pataman



Imachus Pacha  munakuyninmanta, sonqon ukhumanta

jatun munakuy yaykuchun runakunaj sonqonman,

Tata Cristu kutimuchun Jallp´a pataman.



Imachus Pacha Atiyninmanta

Jatun Atiy apachun juch´uy runakunaj atiyninta.

Imachus jatun Mallkus reqsinku, apaykachanku



Imachus runakunaj ukhunmanta

Ruwakuchun Sumaj Munakuy, sumaj K´anchay.

Sajra kay punku wisk´akuchun.



Sumaj k´anchay, Sumaj Munakuy, Sumaj Atiy,

watejmanta kutimuchun Pacha ruaynin.


La Gran  Invocación una plegaria de antiguo origen: constituye una fórmula mántrica de tremenda potencia, que está ayudando a promover cambios y reajustes en todos los aspectos de nuestra vida planetaria. Es una plegaria mundial, empleada por personas de todos los credos e inclinaciones espirituales, con el objeto de asistir a nuestro planeta durante este difícil período de transición.

miércoles, 23 de mayo de 2018

CH´ENKO TOTAL: LA LÓGICA TETRALÉCTICA A LO PAPIRRI



De: Iván Prado Sejas

Cuando empecé a leer “Ch´enkoTotal” de Manuel Monroy Chazarreta ( El  Papirri) me trasladé de inmediato a mi tierra Tarata, donde el espacio y el tiempo, son muy particulares. Empecé a revisar mi cosmovisión interna, mi lenguaje diario (el quechuañol), mis experiencias vividas, o sea, reviví aquel mundo mágico que pasé en mi infancia y adolescencia. Uno llega a Tarata, y parece que una puerta dimensional se abre para entrar en un mundo mágico, como aquel  imaginado por García Marquez o El Papirri. Es así que puedo entender mejor a Monroy Chazarreta cuando en Ch´enko Total nos describe pasajes de su vida en Bolivia y en otros parajes de este nuestro planeta.
Ch´enko (ch’inku) en quechua significa desorden, lio,  disarmonía y desorganización; en aymara tiene el mismo significado.  Sin embargo, dentro de la lógica andina tetraléctica aparecen el SI, el NO, el TAL VEZ  SI, y el TAL VEZ NO. Cuando uno se refiere con ch´enko a una situación dada, existe la posibilidad de que aparezca un orden mejor del que hubo antes del ch´enko, o quizá no o quizá sí. Cuando emerge la frase: Esto está un ch´enko…, uno también sabe que en algún momento vendrá la armonía o el orden,  o quizá no o quizá sí. Al caos le sigue el orden, y viceversa, o tal vez no o tal vez sí. Con el “tal vez no” o el “tal vez sí” se estaría ingresando en una situación intermedia, posible. Y las frases que muestra  El Papirri en su obra, dentro de lo que se denomina “metafísica popular”, son el reflejo de una forma de percibir que tiene el hombre andino de la realidad; o sea, la realidad es y no es, quizá no, quizá sí. Dentro del esoterismo el plano físico denso no es un principio, por lo tanto, es y no es, quizá sí, quizá no. Entonces, Ch´enko Total, es una obra “desordenada”, pero que tiene un “orden”,  tal vez sí, tal vez no, y esto depende también del lector.  Se imagina el ch´enko que emerge, quizá sí, quizá no. En estas circunstancias, a algunos "el frio les calienta", "la flaca les cae gorda",  o piensan que "el hombre invisible es denso", que "es bien cerquita" (a 20 cuadras de distancia), mejor "¡aquisito es!" (detrás de aquel cerrito), o "te agradezco mucho el pequeño favor que me has hecho", y así por delante.  
Manuel Monroy Chazarreta es un cantautor, músico, gestor cultural, guitarrista, poeta, cronista y escritor (tal vez sí, tal vez no) y su obra escrita  emerge como la brisa profunda que se la siente en el rostro de manera ineludible; muestra que sí existe (Sin aire el hombre no vive). Su obra Chénko Total es una totalidad que no es la suma de la partes; unos lectores seguramente tomarán unas partes, y otros lectores tomarán otras partes, y cada quien disfrutará del ch´enko en el orden que le parezca (tal vez sí, tal vez no).  
Ch´enko Total es también revolucionaria, puesto que Monroy Chazarreta expresa lo que él quiere expresar, de forma libre, sin atuendos ni adornos literarios, para que el propio lector nade en un oceano libre de barreras.  En la obra hay crónica, relato, poesía, y, si el lector conoce la obra musical del Papirri, también hay canto, puesto que detrás de ciertas frases escritas aparecen melodías en la mente del lector. Así, Ch´enko Total  nos muestra a Papirri canto-escritor, o quizá a Manuel Monroy Chazarreta, escritor.
 Chenk´o Total es una obra que resalta la vivencia de aquellos que viven dentro de las culturas urbanas y rurales, dentro la inter e intraculturalidad, por lo tanto merece ser leída para recuperar parte del espíritu andino-amazónico inmerso en la cultura occidental, aunque esta tenga sus claros y sus oscuros.  

Ref. Bibliográfica
-          Monroy Chazarreta M. (2018) Ch´enko Total: Crónicas del Papirri, Vol. 3. La Paz: Editorial 3600.

miércoles, 4 de abril de 2018

Facebook, la politica y el poder

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Mark Zuckerberg
Foto: RT
Ángel Gonzáles*

El escándalo acerca de la supuesta “filtración” de datos de Facebook que habría determinado los resultados de la elección presidencial de Estados Unidos y del referendo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) tiene mucho de hipocresía. Un aluvión de relatos periodísticos, alertas y opiniones inundó la internet para señalar a la red social de, prácticamente, ser la “culpable” de que Donald Trump sea el presidente gringo y de que David Cameron tuviera que renunciar al cargo de primer ministro británico. La noticia trata de presentarse como la “prueba material” de una acusación que fue elaborada poco después de que sucedieran los eventos políticos señalados. Pero en medio de la gran cantidad de información sobre este tema que inunda los medios de comunicación, el manejo del discurso echa mano de la nada novedosa estrategia de aprovechar el aturdimiento provocado por titulares sensacionalistas y el impacto de las noticias escandalosas para instalar masivamente la idea de que se ha “capturado” al responsable de los eventos políticos que a ciertos centros de poder no les salieron como esperaban.

No se trata aquí de defender a empresas millonarias, que pueden hacerlo solas, o de negar las capacidades que tiene Facebook para almacenar, gestionar y negociar con información social a partir de la inmensa base de datos que posee. De hecho, lo importante en este caso es hacer notar que la discusión sobre el tema ha sido entubada de forma políticamente interesada. Paradójicamente, quienes impulsan este escándalo actúan de la misma manera que critican en sus denuncias. Todos los ojos están puestos sobre Facebook. Se condena y acusa a la compañía de “atentar” contra la privacidad de la gente. Pero la verdad es que Facebook no hizo nada que no haya hecho desde su creación y, además, nada que no sea públicamente conocido que puede hacer. Y la campaña política de Donald Trump y del Brexit no son los únicos que se han beneficiado de la Big Data y las redes sociales.

En primer lugar, el negocio de los datos es el negocio de Facebook, y eso nunca ha sido un secreto. La compañía ofrece los datos que los usuarios voluntariamente proporcionan a la red y que autorizan sean utilizados y negociados con terceros. Eso está establecido en los términos y condiciones que nadie lee cuando abre una cuenta en Facebook u otra red social. Cada acción que realizamos en internet queda registrada en lo que ahora se conoce como huella digital (digital footprint). Desde qué sitios web visitamos, cuánto tiempo pasamos en ellos, qué compramos por internet, qué tipo de películas vemos, qué juegos jugamos, qué cosas “nos gustan” tanto en Facebook como en Twitter, Instagram, Youtube y todas las redes sociales. Toda esta información conforma bases de datos que son aprovechadas por las empresas para ofrecernos publicidad personalizada. El caso es que Facebook dispone de una base de datos de más de 2 mil millones de usuarios en todo el mundo. Pero no es solo Facebook. Otro gigante, Google, también dispone de una base de datos de usuarios similar. Google y Facebook compiten nariz a nariz por ser la plataforma con mayor tráfico de usuarios que buscan “informarse”. Y esta competencia se centra precisamente en posicionarse como la plataforma más atractiva para los anunciantes, que pueden segmentar a su público para aumentar así la efectividad de los mensajes publicitarios, llegando a los grupos específicos de personas a las que les interesan tales o cuales cosas o a quienes determinado tipo de discurso o mensaje les resultará más impactante. Y esto es lo que utilizan las campañas políticas, pero también las compañías de todo tipo para vender sus productos. De hecho Google debería generar más suspicacia y atención que Facebook, ya que mientras la información que generamos en la red social es mayormente pública (de hecho, la página está hecha para eso, para “compartir” expresiones, sea con “amigos”, “amigos de amigos” o con el “público” en general), la información que le suministramos a Google con nuestras búsquedas, por ejemplo, no es algo que estemos compartiendo con todo el mundo. Y sin embargo Google utiliza y saca provecho económico de esa información.

Con la Big Data y la segmentación digital de grupos de personas, las compañías te “hacen comprar” sus productos mediante la publicidad. Sin que tú los hayas “autorizado” para hacerlo, han procesado la información que salió de tu cerebro a través de la computadora y el dispositivo móvil para ubicarte en un segmento muy particular del “mercado” y ofrecerte mercancías de la manera cómo y en los momentos que, de acuerdo a tu perfil de conducta, seas más propenso a ser afectado por el mensaje publicitario.

El punto es que esto no es una cosa de Facebook. Ellos, así como Google o Twitter, por ejemplo, ofrecen la información de sus usuarios a terceros para que sean aprovechadas. Para esto están las API (Application Programming Interface) o interfaces de programación de aplicaciones, mediante las cuales cualquier persona (que pueda pagar y cuente con el conocimiento) puede desarrollar una aplicación y así explotar la data de dichas plataformas. El asunto es sobre qué hacen las compañías o personas con esa información. Aquí lo que sucedió es que una empresa contratada por un equipo de campaña política utilizó la información para segmentar a los votantes y luego elaboró miles de mensajes políticos adaptados a los perfiles psicográficos de los grupos que lograron segmentar. Estos mensajes fueron pautados en la propia Facebook como publicidad. Otra vez, este es el negocio de las redes sociales, cosa que en ningún momento se ha siquiera intentado ocultar.

En segundo lugar, no fueron las campañas de Trump o del Brexit las primeras en utilizar las tecnologías asociadas a la Big Data para sacarles provecho político. Fue precisamente la campaña política de Barack Obama en 2012 la que se hizo famosa por su utilización de este tipo de tecnología en política. En ese entonces los medios de comunicación sencillamente alabaron la estrategia electoral de Obama. Crónicas y entrevistas acerca del grupo de alrededor de 50 técnicos en informática, programación, estadística, psicología y sociología que se encargó de adelantar la estrategia digital de la campaña demócrata recorrieron los medios de comunicación. Ellos también utilizaron Facebook. Ellos también accedieron a los datos de los votantes gringos. Ellos también segmentaron a la población. Ellos también elaboraron mensajes personalizados basados en lo que la gente comparte en internet. Ellos también se aprovecharon de la tecnología para incidir en el resultado electoral.

Pero en el caso de Obama no hubo un escándalo que lo acusara de haber utilizado “oscuras” estrategias que violentaran la privacidad de las personas para “moldear” su preferencia política. Todo lo contrario, el uso de Big Data en la campaña de Obama fue calificado como “inteligente” y “brillante”. El discurso mediático entonces fue diametralmente opuesto al de ahora. Se resaltó la utilización de los adelantos científicos y la capacidad de “conocer más al electorado” para elaborar una campaña “más cercana” a la gente.

¿Por qué ahora la reacción de los medios de comunicación es distinta? Aquí está el detalle y el punto alrededor del cual el análisis de la situación debería girar.

La respuesta es que el resultado de la elección presidencial norteamericana no fue el deseado ni el esperado por ciertos centros de poder político y económico. Entonces, toda la maquinaria se dedicó, desde el mismísimo día después de la votación norteamericana, a buscar una “explicación” para un resultado que dice muchas cosas acerca del estado de la sociedad estadounidense, que es el modelo de sociedad que se quiere imponer al mundo. Sencillamente, el cartel mediático de Estados Unidos, que en su mayoría está abiertamente alineado con el partido demócrata de los Obama-Clinton, no podía dar por sentado que Donald Trump ganó la elección de acuerdo con las reglas electorales de ese país. Se negaron a aceptar que la gente votó por Trump, y que eso significaba un malestar en la sociedad norteamericana acerca del rumbo que habían tomado las cosas. Prefirieron construir una atmósfera discursiva en la que la única explicación para que haya ganado Trump era que hubo una “intervención” artificial en la elección. Primero armaron la llamada “trama rusa” que durante todo el año 2017 intentó deslegitimar el resultado electoral alegando que Vladimir Putin había utilizado un inmenso dispositivo en internet, mediante “hackers”, para “convencer a los estadounidenses de que votaran en contra de Hillary Clinton. Cuando se les gastó ese discurso, que no pudieron sostener más ante la ausencia de pruebas definitivas, había que encontrar a otra gente a quien “echarle la culpa” de que ellos no hubieran ganado las elecciones.

Y aquí llegaron a Facebook. Apareció Christopher Wylie, exempleado de la compañía Cambridge Analytica, la consultora que gestionó la estrategia de datos para Trump y los partidarios del Brexit. El joven se convirtió en el “testigo estrella” y declaró que la empresa había obtenido información sobre 50 millones de perfiles de Facebook para usarlos en la campaña republicana. Dicho así, no tendría que generar ningún escándalo. De hecho, Cambridge Analytica pasó todo el 2017 haciéndose publicidad basados en el éxito que tuvieron en la elección norteamericana. Quizás pensaron que los medios de comunicación los iban a tratar de la misma manera en que trataron al equipo de campaña de Obama en 2012.

Y aquí volvemos a nuestro punto inicial. Existe mucho de hipocresía y mucho de manejo interesado de la comunicación en este caso. Nosotros podemos no estar de acuerdo con Donald Trump (nada más fácil) pero de ahí a falsear todo el discurso en torno a su elección como presidente de Estados Unidos es demasiado. Trump lo que hizo fue poner en evidencia los desafíos de la política actual, de cara al auge de las tecnologías de la comunicación y la información. Con Obama todo el mundo alabó al Big Data de manera entusiasta. Pero cuando el poder mediático, industrial y financiero occidental enfrenta un revés en su planificación histórica, producto de los propios excesos y descontroles del capitalismo, el discurso sobre los beneficios de la tecnología a un giro de 180 grados. Marck Zuckerberg pasó de ser un niño genio, el sueño de todo padre con respeto a su hijo “nerd”, a ser un canalla mercader de la intimidad de personas inocentes. En realidad al parecer el gigante de la web 2.0 se convirtió en un perfecto chivo expiatorio, útil para la agenda política de otros millonarios más viejos que él.

Muchas veces, el objetivo de un gran escándalo es tapar o esconder otro posible escándalo. Quizás lo que se trata de ocultar no es convenientemente “sensacionalista” para las empresas de comunicación, ya que se trata de la situación económica y social del país que constituye el “modelo” de occidente. Para los demócratas, los bancos, los industriales, y los medios de comunicación es más fácil decir que hubo trampa que aceptar que la sociedad estadounidense está polarizada en más de un aspecto. Por ejemplo, hay una completa negación a aceptar que, sencillamente, una importante parte de la población gringa está sufriendo los embates del desempleo y la crisis económica espectacular que se desató con la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008.

Donald Trump basó su campaña en la denuncia de la corrupción de lo que llamó “la clase burocrática” de Estados Unidos y en promesas de mejorar la vida de la clase trabajadora estadounidense. Ambos ejes discursivos encontraron su base en la crisis económica. Trump pescó la atención de los obreros desempleados cuando comenzó a hablar de obligar a las corporaciones a devolver las fábricas que mantienen en otros países a suelo norteamericano. Hablaba de “rescatar” el potencial industrial de Estados Unidos y darles trabajo a los estadounidenses. Al mismo tiempo aseguraba que la crisis era responsabilidad de políticos incompetentes y que un empresario “exitoso” como él era capaz de gerenciar exitosamente la administración del país.

Además, realizó una gran estrategia comunicacional. Echó mano de su figura como “showman”, generando escándalos consecutivos que lo convertían en el hombre del momento, al tiempo que desconcertaban tanto a sus rivales como al “público” en general. Trump se ganó la empatía de los estadounidenses, o al menos de un sólido 50% del electorado. Construyó una imagen del tipo que habla claro y honestamente: así dijera locuras, la gente percibía que al menos el hombre decía lo que pensaba. Frente a él estaba Hillary Clinton, cuyos escándalos giraron precisamente en torno a su doble discurso y su honestidad. Fue protagonista de varias filtraciones de correos electrónicos durante su gestión como secretaria de Estado, así que su imagen no ayudaba demasiado al partido Demócrata.

Todo esto no niega que la campaña de Trump haya utilizado los datos para segmentar al electorado y enviarle mensajes distintos a cada grupo sobre los diversos temas en debate. Pero a esa estrategia de datos hay que sumarle estos otros elementos que también influyeron en el resultado electoral.

Es una realidad que se busca esconder con el escándalo de los datos de Facebook. Es más conveniente atribuir a la red social toda la culpa del giro ultra conservador que tomó el poder mundial, que aceptar que el liberalismo fue derrotado políticamente con los mismos recursos que ellos mismos habían utilizado en el pasado.

Es preciso reiterar que no se trata aquí ni de justificar a Donald Trump ni de defender a Mark Zuckerberg. De lo que se trata es de resaltar cómo se mueve el discurso del poder y cómo los centros políticos, económicos y mediáticos controlan nuestra opinión de acuerdo con su conveniencia.

La trama de Facebook trata de explotar un escándalo en torno a la moralidad. Se habla de una “crisis de confianza” que atraviesa la compañía. Los ataques y señalamientos se centran en que la empresa no cumplió en “proteger” los datos y la privacidad de los usuarios. Pero este discurso fundamentalmente moral no tiene realmente mucho de dónde asirse. De verdad, no puede haber una postura moral para reclamar, en primer lugar, una práctica que ya fue implementada anteriormente por otra figura política y que en aquel caso fue más bien alabada como una genialidad. Pero además, los liberales del partido Demócrata no tienen una posición moral para señalar nada desde que las revelaciones de Edward Snowden demostraron que el gobierno gringo, incluso bajo la administración del demócrata Obama, mantiene una gran infraestructura tecnológica dedicada a espiar cada detalle de la vida de los ciudadanos estadounidenses. La NSA (Agencia de Seguridad Nacional) chequea correos electrónicos, llamadas telefónicas, y actividad en redes sociales con la excusa de una vigilancia anti terrorista. Pero la verdad es que manejan un verdadero panóptico digital.

Entonces, el espionaje, la vigilancia y el aprovechamiento de datos privados no son tan malos cuando son utilizados por Obama con su Premio Nobel de la Paz y su imagen de bonachón, pero son algo terrible y alarmante cuando el beneficio es para alguien que no nos gusta. El doble estándar aquí es bastante evidente.

Pero hay otro dato que es importante resaltar en medio sobre este tema. El reportaje que generó el “escándalo” de Facebook fue publicado simultáneamente por The New York Times y The Observer (perteneciente al Grupo The Guardian), es decir, los periódicos más importantes de Estados Unidos e Inglaterra, respectivamente. La noticia circuló frenéticamente por todos los medios de comunicación de estos dos países y del mundo. En realidad el evento fue una fiesta para los medios llamados “tradicionales”, es decir, prensa radio y televisión. Así mismo, la información ha sido trabajada con bastante ahínco por los portales noticiosos en internet. ¿Existe alguna razón para que los medios se interesen en atacar a Facebook? Claro que sí, y es la más obvia: Facebook comparte con Google el monopolio del 80% de la publicidad digital.

Datos de eMarketer, web especializada en mercadeo y publicidad digital, arrojan que la expectativa de ingresos por publicidad de Facebook para el 2018 es de 21 mil millones de dólares, solo superado por Google, que espera obtener alrededor de 40 mil millones. Las empresas que más “se les acercan” a los dos gigantes son Amazon y Snapchat, con 3% y 1% del mercado, respectivamente. Estas compañías desplazaron completamente a los medios llamados tradicionales en el mercado de la publicidad en internet, que crece vertiginosamente y más pronto que tarde será el mercado de anuncios más grande, superando a la televisión. El punto es que hay que notar que, literalmente, Facebook y Google con su método de publicidad segmentada han hecho perder dinero a los jerarcas de los medios de comunicación.

Eso explica por qué ha sido tan ferviente el ataque contra Facebook. Que no es solo contra Facebook, sino precisamente contra el método de procesamiento de datos que permite la segmentación que constituye la base del mecanismo de publicidad que desplazó a la publicidad tradicional. Una vez más, el meollo del asunto no es una cuestión de moralidad ni de respeto a la privacidad, es una cuestión de intereses.

La hipocresía de la política no es algo nuevo. Desde que existen, los políticos se han dedicado a construir posturas artificiales, a mentir y a convencer a los electores tanto con promesas extravagantes como con campañas de difamación de los adversarios. Eso no lo inventaron ni Trump ni Obama. Tampoco son una novedad el uso de chivos expiatorios para sacar provecho de las crisis ni las trampas entre competidores empresariales para robarse las tajadas del mercado. Es el sucio juego de la política y del “liberalismo” económico. Este “escándalo” no es más que el relato de cómo a Mark Zuckerberg le tocó conocer, tan pronto como conoció la parte buena, la cara oscura del poder.

*Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/192001

miércoles, 14 de marzo de 2018

LA ONOMATOPEYA EN EL QUECHUA





Por: Iván Prado Sejas

La onomatopeya fue utilizada por el hombre desde tiempos remotos. Para poder señalar distintas realidades, (como el viento, la lluvia, el trueno, el sonido de los ríos y mares, y otros) los individuos tuvieron que usar sonidos onomatopéyicos que expresaban de forma directa los distintos fenómenos de la naturaleza. En la historia de las distintas culturas que rodean el orbe, aparece la onomatopeya como un lenguaje universal.
QUÉ ES LA ONOMATOPEYA
La palabra onomatopeya proviene del latín tardío onomatopoeía, y que significa, "ónoma"= nombre y "poieo"= hacer; derivado del griego “ὀνοματοποιΐα” (Real Academia de la Lengua).
Para la Real Academia de la Lengua, onomatopeya es:
1) Imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significarlo. Muchas palabras han sido formadas por onomatopeya.
2) Se usa en algunos casos para referirse a fenómenos visuales; p. ej., tic nervioso, zigzag.
3) Vocablo que imita o recrea el sonido de la cosa o la acción nombrada.
En el diccionario Larousse se señala que onomatopeya es:
1) Formación de una palabra por imitación fonética de la realidad extra lingüística que designa.
2) Palabra formada por onomatopeya.
3) Figura retórica que se basa en el empleo de vocablos onomatopéyicos para imitar el sonido de las cosas con ellos significadas.
Entonces, la onomatopeya o ideófono es la palabra, o grupos de palabras, con cuya pronunciación se repite o imita aquello que se describe.
Las onomatopeyas suelen ser más monosilábicas, y en algunos casos pueden ser polisilábicas. Con este recurso se puede repetir o reiterar un sonido varias veces o repetirla pero con una pequeña modificación.  Y además, se pueden alargar todo lo que se crea necesario para así expresar mejor el ruido que se quiere imitar.
Igualmente, no se debe confundir nunca una interjección con una onomatopeya. La interjección involucra (uf, jo, ay) sonidos que son cortos, generalmente de una sola sílaba, pero que nos indican las emociones de quien las pronuncia y, por lo tanto, pueden reflejar sorpresa, alegría, dolor, etc. En cambio, la onomatopeya, puede ser monosilábica o bien polisilábica e imitará un sonido o ruido del entorno que no tiene emoción por sí mismo.
Alberto Zamboni (1998), partiendo de la arbitrariedad del signo desde el punto de vista saussuriano, señala: “La onomatopeya es una unidad léxica creada por imitación de un sonido natural, como tic-tac, quiquiriquí, que se distingue entre imitación no lingŭística (reproducción por ej. del canto del gallo) y onomatopeya, que es un signo lingŭístico a todos los efectos, es decir, provisto de un significante integrado en el sistema fonológico de la lengua considerada y morfológicamente productivo”.

ORIGEN E HISTORIA DE LA ONOMATOPEYA
La onomatopeya es tan antigua como el hombre. Se supone que los primeros sonidos del lenguaje humano fueron onomatopéyicos. Era mucho más fácil utilizar un lenguaje onomatopéyico para comunicar lo que ocurría en función de lo conocido.
Se dice que los dioses hablan onomatopéyicamente. Por ejemplo, el dios Brahma de los indús se manifiesta (doctrina védica) por el OM, sonido onomatopéyico que significa Yo Soy, estructural y funcionalmente. Los textos sagrados de la India, dicen que Dios sostiene el Universo a través de la pronunciación del OM. Si la deidad dejara de pronunciar dicho OM, el Universo dejaría de existir.
En las prácticas budistas se han estado usando sonidos onomatopéyicos, en oraciones y meditaciones, desde la época de Gautama el Budha, quinientos años antes de Cristo. En el ámbito griego, Platón decía que el mismo “nombre”, que se daba a las cosas ya era una imitación de las mismas, por lo tanto una onomatopeya. De acuerdo a la doctrina estoica, la onomatopeya es el primer motor de la etimología y gracias a ella se acuñan las primeras palabras en el lenguaje. Los alejandrinos también acudieron a este método pero no le dieron tanta importancia como los estoicos (Muller, 1910).
Se señala que en la Roma antigua, en los artígrafos y en algunos rétores como Rhetorica ad Herennium y en Quintiliano,  la onomatopeya aparece incluida entre los tropos, como un recurso estilístico que favorecía la creación de nuevas palabras. El retórico y pedagogo hispanoromano, Marco Fabio Quintiliano (39-95 d.C.) en su obra “Instituciones Oratorias” decia: “La onomatopeya, esto es, ficción de un nombre, tenida por los griegos por una de las mayores virtudes, apenas se nos permite a nosotros”
Asimismo, Marco Fabio señala:
“A los griegos, como dije en mi primer libro, les es más permitido en fingir vocablos que son acomodados a explicar los sonidos y afectos, usando de la misma libertad con que los antiguos aplicaron los términos a la naturaleza de las cosas”.
Cousin (1936) indica que a diferencia de los griegos, los latinos no diferenciaron distintos tipos de onomatopeya.  
El único autor latino que parece ofrecer algo semejante es Quintiliano, pero el pasaje en cuestión presenta ciertas dificultades textuales. Este autor habla de tres formas de onomatopeya que son la imitación de sonidos, la composición y la derivación.  Cousin afirma que si se admite la conjetura propuesta por M. Heraeus se podría añadir una cuarta forma, la analogía.

TIPOS DE PALABRAS CON EXPLICACIÓN ETIMOLÓGICA DE CARÁCTER ONOMATOPÉYICO
Los términos explicados por la onomatopeya generalmente están referidos a animales, a objetos o las personas.
a)      En casos de animales aparecen sustantivos de nombres de aves, de las voces de cada animal en particular. Los verbos correspondientes a esos sustantivos son más escasos. André, en 1966, señala que el elevado número de nombres de pájaros producto de la onomatopeya no se repite en ningún otro dominio léxico.
b)      Dentro del grupo de términos que nominan objetos, el bloque más nutrido lo forman los instrumentos musicales y los ruidos, aunque también hay nombres de comidas, de herramientas o de utensilios de cocina. Casi todos los casos son sustantivos. Son raras las etimologías de verbos.
c)      En cuanto a los términos relacionados con el hombre, estos corresponden en su inmensa mayoría a verbos de lengua o verbos que designan acciones hechas con la boca o con las manos. Estas palabras son escasas.
También son escasos los ejemplos de adjetivos. Aquellos que se han registrado corresponden en su mayoría a cualidades relacionadas con el hombre y a su capacidad de hablar, gritar o quejarse.

LA ONOMATOPEYA EN EL IDIOMA  QUECHUA
Varios autores, estudiosos del quechua, señalan que el quechua es una lengua eminentemente onomatopéyica.
Al respecto, Delgado Guillermo (2009) indica que: “La catalogación lingüal del quechua se aproxima a la observación etnopoética de la persistencia idiomática, pero además al incorporar la onomatopeya como producto poético, el poeta rescata y legitima una forma de expresión localista y andina que es parte del arte expresivo”
Por su parte, Richard Pietshmann (1908) refiriéndose a un texto de Guamán Poma cita la recurrencia a la onomatopeya:
“A yau haylli a yau haylli
A yau haylli a yau haylli
Chai mi coya chai mi palla”
Asimismo, Delgado, G., señala: Usar poéticamente la onomatopeya insinuaría un intento de legitimar su viabilidad y persistencia lingüal castigada por nuevas formas de globalizante colonialidad”. La necesidad de darle mayor validez al quechua se hace urgente.
Delgado indica que en la poesía de Morató-Lara el quechua cochabambino adquiere ribetes etnolingüísticos. Su creación poética tiene que ver con la persistencia del idioma, pero además con el privilegiar de una forma de hablar. Según él, una estrategia que utiliza Morató-Lara es la recuperación de la onomatopeya que la articula poéticamente. Ejemplos: K’aj (una cerámica rota), t’aj (un golpe sordo), lak’aj (un tropiezo y caída), p´ut´utun (un rasbalón), q´oltin-q´oltin (unos sorbos), atataw (expresión de dolor), alalaw (expresión de frio),   t’ajllaso (un golpe o revés), lak’aso (un sopapo), q’eteq (rebasar de algo). 

Jesús Lara, escritor y ensayista, también muestra la onomatopeya quechua en sus relatos, en cuentos y novelas, y en recopilaciones de relatos quechuas, logrando manifestar la riqueza y la dulzura del idioma.          Ejemplos de onomatopeyas usadas: Lak´aj, p´ututun, t´eqej.

USOS DE LA ONOMATOPEYA QUECHUA, SU FUNCIÓN COMPORTAMENTAL
En el mundo quechua las personas usan palabras onomatopéyicas, no sólo para enriquecer la conversación sino también para enfatizar o mostrar ciertos comportamientos. Sin el uso de la onomatopeya el comportamiento de los hablantes resulta inexpresiva. La onomatopeya quechua enriquece la capacidad expresiva del quechua hablante. En ese contexto emergen mayores posibilidades de comunicación a través del uso de la onomatopeya.
Cuando dos quechuas conversan, y usan onomatopeyas o ideófonos, no es afectada solamente la capacidad expresiva verbal, sino también la comunicación corporal, a través de gestos, posturas, movimientos de manos y de pies.

EJEMPLOS DE USOS Y EFECTOS
Lak´aj , se cayó al suelo. ¡Lak´aj!, urman pampaman.
El ideófono Lak´aj no solo expresa porrazo, sino también una caída aparatosa.
Ñach´aj,  le dio en el rostro. ¡Ñach´aj!, qon uyampi.
El ideófono Ñach´aj expresa golpe fuerte en el rostro con hundimiento y posible sangrado.
Chot´oj, le dio un beso. ¡Chot´oj!, much´akapum imillanta.
El ideófono Chot´oj expresa un beso bien dado, con un sonido que todos escuchan y que expresa el amor intenso que siente la persona por su pareja

Los ideófonos en quechua son realmente los que nos llevan a imaginar cómo se lleva a cabo la acción. La percepción del hecho ocurrido es mucho más rica en detalles, no sólo desde una perspectiva mental, sino también emocional y corporal. Se puede decir que la percepción del quechua hablante es mucho más holística a partir del uso de la onomatopeya.

El efecto del uso de la onomatopeya en el quechua provoca un cambio comportamental en los hablantes más allá del uso del lenguaje común.  Nuckolls (2001, 2006), mencionado por Ibarretxe,  en su análisis de los ideófonos del quechua no solamente los llamaba, gestos verbales, porque describían cómo se realizaba una acción, sino decía que los ideogramas asumen la importancia pragmática de los verbos.

Asimismo, Nucksolls, decía que en el discurso, las palabras onomatopéyicas se focalizan en la base de la entonación y los gestos que contribuyen a su estatus pragmático en los hechos. Ellos capturan lo que es estéticamente sobresaliente y absolutamente verdadero, lo que implica un reinvento de lo emocional y del hecho objetivo.

Entonces, se puede decir que el carácter pragmático del ideófono en quechua es fundamental. La capacidad para expresar hechos o ideas aumenta, y la persona que escucha tiene una mejor idea de lo que quiere decir su interlocutor.

El uso de la onomatopeya  en el quechua también involucra el uso de gestos corporales, que no solo aumentan el significado de la palabra, sino que también refuerzan la propia representación del hecho ocurrido.  Así, la persona que se refiere a un hecho, no solo habla del mismo, sino que también teatraliza el hecho.

La experiencia de comunicar con onomatopeyas es más vívida no solo para el que habla, sino también para el que escucha y observa el acto. 
Como ejemplos se tiene:
1. Ch´allpaj, ch´allpaj, purim lloqalla  jok´o  yampi. 
La frase muestra que el muchacho, no solo recorre por un camino mojado, sino que al pisar el suelo sus pies levantan el agua produciendo un sonido.
La persona que se refiere al ideófono, describe el ch´allpaj, no solo verbalmente, sino que mueve sus pies y sus manos intentado mostrar gestualmente como el muchacho pisa el suelo y levanta el agua.
2. T´ajllay, t´ajllay, makisniykita t´ajllay
La persona que usa el ideófono t´ajllay, no solo expresa verbalmente, sino que con sus manos ejecuta la acción de aplaudir. Se agacha un poco y muestra un gesto de inducción.

USOS DE LA ONOMATOPEYA EN SU FUNCIÓN ESTILISTICA
Ibarretxe señala que otra de las funciones específicas de los ideófonos es su aportación estética a un texto. En el caso del quechua la onomatopeya mejora la expresión verbal de la prosa emergente en las novelas y cuentos; asimismo,  enrique el verso de las poesías. Ejemplos en “Arawi Valluno” (Prado, 2010).

USO EN LA POESÍA
Delgado Guillermo (2009) señala “La poesía, depositaria de una forma elevada y estética del lenguaje, significaría bajo estas condiciones, una puerta para engendrar y enriquecer las prácticas linguales concretas y locales, además de las viabilidades tangibles de esta lengua andina, como la onomatopeya, el canto, el teatro y la misma producción de bardos, que retornan a demarcar todo el área que Pachakuti IX, hacen cinco siglos, consideraría el territorio del Estado Inca.”
Prado, I (2010), en su poemario Arawi Valluno, presenta versos donde resalta el uso de palabras onomatopéyicas:
KIKIN JINA
De Iván Prado Sejas

Sach´aj, yaykun cheqanta,
sonqontaj waqan llawarta.
Ayayay nin, masin ripusanmata,
sapan qhepakonqa, sapan wañonqa.

Ch´ultin yaykun yaku ukhuman,
challwa  jina walt´aqeyasan.
Sumaj munayninta mashkasan,
qocha chaupiman chayayta munasan.

Qhararaj, qatachay urmaykun,
wasiyki niwa chinkan.
Q´aya p´unchay
pajtataj tukuy imata chinkachiwaj

Laq´aj urman pampaman,
jump´i  t´akakuyta sayarin.
Sonqon lliphiririn,
munasqan rikhurimun.

Phararaj p´isqos ayqenku,
ichapis qan qhaparinki.
Urpituyki, jinata ayqeponqa,
sapitayki qepakunki

K´iruj, k´iruj tulluta qanishan,
warmimanta llarq´asqa kasan.
Manachá nipi kasu ruanchu
Nipi warmi payta qhawanchu.

Thunkur, thunkur,
imilla phinkiykachan.
Kayman, jaqayman,
muyuykachan.

Ajajaylla, ajajaylla,
imilla asiykachan.
Lloqalla t´ukuspa,
qhawaykachan.

Ch´otoj, ch´otoj,
much´anakunku
qariwarmi
munanakunku.

Ch´apaj, ch´apaj,
imilla qon uyampi.
Lloqalla sinvirwinza,
waj warmita qhawasqa.

Phararaj, phararaj,
koetillos t´ojyan.
Tusuna wasi ukhupi
Lloqallas, imillas, tusurikunku

Uyuyuy, uyuyuy,
k´achita Marisa kasan.
Tukuy qarikunaspata,
sonqonta phinkiykachin.

Ayayay, ayayay,
pitaj chayta rimarin.
Manachu yachanku,
sumaj laya kasqayta.

Chushta, chushta,
ama chayta parlaychu.
Supay sichus uyarisonqa,
ukhu cheqanta apasonqa

Aij, aij, nin imilla,
mana munasanmanpis jina
Ujta llamirichinki chayqa,
wajta mañasonqa.

K´aruj, k´aruj
ankukuta qhaniykachan.
Ma yachaj umaman yaykujtin,
wayna ayqeykachan.

Atitiu, atatau, atatay,
qhaparin wayna.
Tatan phiñasqa kasan,
kinsa charañata llamichisan.

Ch´askeay, ch´askeay,
lloqalla ayqesan.
Chujchan jap´iytawan,
molleman wataychis.

Ñach´ay,  ñach´ay,
nin tata Antuku.
Juk ´ucha rikhurimun,
kirusninta apaykuna.

Ch´uti, ch´uti,
nin Joselu.
Ichapis pay,
atipasan tukuyta.

Huau, huau,
nin lloqalla.
Imilla sumajtapuni,
qhawarichikuyta munan.

K´ichiy, k´ichiy,
nin lloqalla masinta.
Imilla sikinta ayqechin,
ma nipi k´ichinampaj

T´iruj, t´iruj
ayqen supi t´akakuyta.
Lloqalla kasi jap´ichikun,
imillaj tatanwan.

T´oroj  t´oroj
jank´a takirisan.
Ma pay yachanchu,
pitaj simimpi wañonqa.

T´ijchay chay runata,
nin kuraka.
Ichapis ma pay yachanchu,
sajra runa kasanta.

Ch´aj, ch´aj, ch´aj
Pedro purisan apurata.
Ichapis k´acha warminta,
mashkasan.

Chi´rr, ch´irr,
punku waqamun.
Ichapis waqasan,
sapan kasanmanta.

Ch´ill, ch´ill, ch´ill,
para ch´illchimusan
Juana jok´o pacha,
qarinta mashkasan.

Qhon, qhon,
sielu urmamusan.
Ichapis machulakuna,
jatun raymipi kasanku.

Lliuj, lliuj, lliuj,
rayus jap´ikun.
Sumaj yachanapaj,
uma k´anchanan tian.

Rejj, rejj, rejj,
misi sillusninta jiluchasan.
Warmiy  ñawisninta,
sinchi ch´askeasan.


T´ajllay, t´ajllay,
makisniykita t´ajllay.
Ichapis takiy warmisita,
qanta qhawasunkiman.

Jach´iy, jach´iy,
senqan “urmakamusan”.
¿Ichapis “paramusan”?,
 Masin tapun.

MUESTRA DE PALABRAS ONOMATOPEYICAS EN QUECHUA
Muchas la palabras son las que se usan más en el valle cochabambino, sin embargo, se puede proyectar también a otras regiones (Herrera, A., 1998).
Ch´allpaj (Hacer ruido pisando el agua o salpicadura de agua)
Ch´otoj (gota de agua que cae)
Char  char char (vibración de las cuerdas en un tambor)
T´oj, t´oj (llamar a la puerta)
Sach´aj (ruido que se hace al ingresar o sonido que expresa el pinchazo de un objeto punzante en el cuerpo)
Ch´um  (golpe en el rostro)
K´araraj (rama que se quiebra)
K´aj (Cerámica que se rompe o sonido leve al quebrarse)
Ñach´aj  (golpe en el rostro o puñetazo en la nariz).
Chot´oj (Beso de enamorado; beso sonoro)
Atatay (expresión de dolor)
Alalay (expresión de frio)
Ayayáy (Expresión de aflicción)
Ayayay (dolor)
Q’etej (Rebasar de algo)
Kutu kutu (Voz de  reclamo de conejo cuis)
K´arúj k´arúj (Ruido al masticar)
Jach´iy (Estornudar)
Chhus (salida de aire de alguna cámara)
Chhushta (pedir silencio)
Yule (llamada)
 K´oltin (un sorbo de líquido o hacer pasar la faringe un poco de agua)
Much´ay (Besar)
Lak´asu
(bofetada)

T´ajllariy  (aplausos)
Lak´aj (Caida)
P´ututun (Caida estrepitosa)
Phututu (Hediondo)
Suchuy (Resbalar)
Thoqay (escupir)
Way way (terror, susto)
Wá wá (Cuidado)
Chiri (sensación de frío)
Chiri chiri (Escalofrios)
Wua wua (llorar)
Uy uy uy(lamento)
Uyuyúy (Exclamación de admiración o burla)
Jajáyllas (Expresión de risa de descreencia)
Jik´una (Expresión de sollozo, congoja o consternación)
Laphaj laphaj (El sonido del flameo de una tela o bandera)
Ñám ñám (comer) 
Yujú (Alegría desbordante) 
Wajch´iy (Azotar a alguien o azotar el agua)
T´eroj t´eroj (sonido de cohetes)
Añuñus (Aullar de perro)
Lliuj lliuj (Luz del relampago)
Ach´iy (Estornudar)
Añanay (gustoso, bonito)
Aqo aqo (Imitación de las primeras palabras de un bebé)
Ajtuy (Escupir fuerte)
Thoqay (Escupir)
T´ojtu (Gallina que cloqueca)
Ch´ultin (Ruido cuando una piedra cae al agua)
Qhararaj (Ruido al quebrarse una rama)
Lliphiririn (Luz que relampaguea)
Phararaj (ruido que hacen las aves al levantar vuelo)
K´iruj, k´iruj (ruido al masticar)
Thunkur thunkur (Saltar sobre un pie o sobre los dos pies)
Ajajaylla ajajaylla (Risa de satisfacción)
Ch´otoj ch´otoj (Besitos en la mejilla)
Much´anaku (Besos de enamorados)
Ch´apaj ch´apaj (Golpe o sonido que hace el animal al comer)
Phararaj phararaj (Ruido de cohetillos)
T´ojyan (Revienta)
Uyuyuy uyuyuy (Grito de sorpresa)
Chushta chushta (Silencio)
Aij aij (Gritito de alguien que quiere y no quiere)
Atitiu (Gritito de dolor)
Atatau (Grito de dolor con protesta)
Atatay (Grito de dolor),
Ch´askeay ch´askeay (Tornar hirsute el cabello)
Ñach´ay  ñach´ay (Puñetear)
Ch´uti ch´uti (Hacer chocar dos bolitas)
Wuau wuau (Expresión de sorpresa)
K´ichiy k´ichiy (Pellizcar)
T´iruj t´iruj (Escapar a la rápida)
T´oroj  t´oroj (ruido al tortarse maíz, trigos y otros cereales)
T´ijchay t´ijchay (Golpear con el dedo algún objeto pequeño)
Ch´aj ch´aj ch´aj (pisadas al ir rápido)
Chi´rr ch´irr (ruido de la puerta al abrirse)
Ch´ill ch´ill (Ruido de lluvia menuda),
Qhon qhon (Ruido de los rayos)
Rejj rejj (Ruido al cortar madera)
T´ajllay t´ajllay (Aplauso)
Jach´iy jach´iy (Ruido al estornudar)

CONCLUSION
La onomatopeya en el quechua no es simplemente un ideófono que aporta palabras al léxico utilizado, sino que posibilita enriquecer la expresión de aquello que dice o se describe. Las onomatopeyas, más que cualquier palabra, como dice Garcia de Diego “son la sal de la lengua”.  Asimismo, su efecto en el comportamiento del quechua hablante y del que escucha es bastante sui géneris, puesto que no sólo afecta en su esquema perceptivo, sino también en los afectos, sentimientos y sensaciones corporales.
Igualmente el uso de la onomatopeya  en la prosa y poesía  quechuas muestra que las palabras onomatopéyicas enriquecen las posibilidades de expresión y se configura una estética que embellece la palabra escrita.  Entonces el quechua no sólo es un idioma “dulce”, sino que también posibilita la expresión con una infinitud de posibilidades.   
En el quechua, podríamos decir que las onomatopeyas son la sal, el azúcar, la llajwa (el aji), el vinagre, y todos los condimentos que hacen que una comida sea realmente  exquisita.

BIBLIOGRAFIA
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