¿OBAMA EL MAL MENOR O ROMMEY EL MAL MAYOR? En una semana sabremos quién será el nuevo presidente de Estados Unidos. ¿Obama ha realizado una labor efectiva para evitar que el capitalismo continue siendo salvaje? o ¿Rommey intenta tomar el poder para reforzar el poder económico de los megamillonarios y disimular más aun el cataclismo que está por detrás del capitalismo salvaje? (Esto ni todos lo saben).
Obama y la ‘romnesia’
Por Pablo Jofré Leal
Corresponsal de Adital en Chile
A pocos días de
las presidenciales estadounidenses, donde se define la reelección de Barack
Obama o la llegada a la Casa Blanca del republicano Mitt Romney, las encuestas
y pronósticos, tras el último debate, muestran una estrecha llegada entre dos
candidatos de formas distintas, pero con un fondo político muy similar.
Efectivamente, si
analizamos los apoyos que ha tenido cada uno de los contendientes en el actual
proceso electoral, la conclusión arroja que resulta imposible ganar una
elección sin que se posea un aval económico privado. Esto genera el hecho, que
ninguno de los candidatos puede darse el lujo de cuestionar la estructura de
poder económico, imbricado con el poder político y el complejo militar
–industrial. Romney ha recibido el apoyo de los sectores financiero y
energético, y Obama, de las telecomunicaciones y de los grandes bufetes de
abogados.
UNA DEMOCRACIA
TUTELADA
Para el
columnista David Brooks, del Diario la Jornada, las elecciones en Estados
Unidos, financiadas por las elites más poderosas "sólo sirven si efectivamente
esas elites son beneficiadas. La democracia, para ese 1% de la población que controla el 40% de
la riqueza, es una carrera por mantener el status quo y están dispuestos pagar
millones, para asegurar que esa definición sea la que triunfe en las
elecciones. El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, el reportero Bill Moyers,
el analista Noam Chomsky e incluso músicos como Bruce Springsteen, entre otros,
han expresado que la extrema concentración de riqueza y su daño colateral, la
dramática desigualdad económica, amenazan la democracia más poderosa del mundo
y prueba de ello es esta carrera presidencial, donde se impone más la forma que
el fondo”
El mismo Bruce
Springsteen, quien ha anunciado públicamente que dará su voto a Obama amplia
esta idea de peligro que enfrenta Estados Unidos con el poder de la riqueza
"ahora mismo, hay una división de la riqueza cada vez más creciente en este
país, con beneficios destinados cada vez más al uno por ciento... Ahora mismo,
hay una batalla para ayudar a que esta nación sea más justa y más igualitaria…
Ahora mismo, necesitamos un presidente, que tenga una visión que incluya a
todos nuestros ciudadanos, no sólo a algunos... Obama es nuestra mejor opción
porque tiene una visión de Estados Unidos como un lugar en donde todos estamos
en esto juntos”,
Para el cientista
político John M. Ackerman, las campañas presidenciales en Estados Unidos
confirman que ese sistema político no debe fungir como modelo de referencia
para nadie "no existe allí el voto directo para elegir presidente y los dólares
cuentan más que los ciudadanos. El bipartidismo institucionalizado y la
interminable reelección legislativa imposibilitan debates verdaderos sobre
asuntos cruciales, como la desigualdad, el racismo y la corrupción. Tampoco
existen organismos autónomos o tribunales electorales que organicen y
califiquen las elecciones”.
Complementa lo
señalado por Ackerman, lo signado por el pensador Noam Chomsky respecto a que
las elecciones en Estados Unidos son más o menos compradas y en ese escenario
los compradores esperan ser retribuidos. "Recordemos, que en el caso de la
elección de Obama el año 2008 su victoria se debió a la afluencia de capital de
las instituciones financieras…que esperaron ser gratificadas por ello e
indudablemente lo fueron. El primer acto de agradecimiento de Obama fue
seleccionar a un equipo económico, compuesto casi por completo por aquellos
mismos, que habían provocado la crisis económica”.
Dificultades
económicas, que no han podido ser subsanadas en cuatro años de administración
demócrata y que han servido al bando republicano para sostener, que en 44 meses
de gobierno demócratas no se ha logrado retomar una senda de crecimiento
económico, bajar el 8% de desempleo y con una economía débil como no se había
visto desde las gran Depresión. En ese plano, a Obama le ha resultado difícil
seguir asignado la responsabilidad de ello al gobierno de Bush, quien
indudablemente le dejó un país en el caos económico tras la crisis de las
hipotecas subprime, que obligó a una intervención estatal de proporciones, para
salvar un sistema financiero en descalabro total.
Thierry Meyssan
de Red Voltaire señala que el sistema democrático en Estados Unidos no es
modelo para el mundo "cada 4 años, la elección del presidente de los Estados
Unidos da lugar a un show de proporciones planetarias con el que la prensa dominante
busca convencer a la opinión pública internacional, que el pueblo
estadounidense elige democráticamente al hombre que va a dirigir el mundo. Aquí
se confunde el escrutinio electoral con la democracia. Contrariamente a la idea
generalizada no es el pueblo quien elige a su mandatario , sino que un colegio
electoral compuesto por 538 personas – nombrados por los Estados que componen
la Unión. Esos Estados acostumbraban a consultar a los ciudadanos antes de
designar el colegio de electores pero el recordado litigio de Al Gore contra
George W. Bush el año 2000 sirvió para recordar que la opinión de los
ciudadanos tiene un carácter exclusivamente consultivo y no vinculante y lo que
manda, finalmente son esos 538 electores”. Recordemos que el año 2000 Al Gore
recibió más votos que George W. Bush, pero perdió la elección presidencial
porque los Estados ganados por Bush tenían más "electores” que los obtenidos
por Gore.
PODEROSO SEÑOR
ES DON DINERO
Crisis económica,
extrema concentración de la riqueza, afluencia de capital financiero destinado
a lograr favores políticos, un sistema electoral falto de participación popular
efectiva, parecen ser el talón de Aquiles del autodenominado modelo de
democracia occidental. Allí, los indicadores de pobreza, hambre, ingreso medio,
educación y sanidad pública empeoran día a día y donde tras cuatro años de
administración demócrata con Barack Obama no parecen haber exhibido signos
positivos, para cambiar ese estado de cosas. Y no cambiarán más allá de la
mudanza, que se podría dar si triunfa Romney en los 6 mil altos cargos
políticos que suelen ser el botín más apetecido en esta contienda. Ese podría
ser el resumen transversal de análisis, opiniones y editoriales de gran parte
de la prensa en Estados Unidos
Meyssan afirma
que "la alternancia política en Estados Unidos no es una filosofía política con
esencia de democracia. Es una simple migración de las elites. Si pierden los
demócratas, miles de altos funcionarios y decenas de miles de asistentes y
consejeros pueden verse privados de sus cargos y reemplazados por otros
individuos, que en su mayoría serán antiguos empleados de la administración
Bush. La elección presidencial estadounidense es decisiva para las carreras
individuales de toda esa gente, lo cual viene acompañada de una larga cadena de
corrupción a favor de tales o más cuales transnacionales. Hay, por lo tanto
muchas razones para invertir dinero, mucho dinero, en ese duelo” afirma
Meyssan, haciendo referencia con ello a los 1.000 millones de dólares, que ya
han gastado ambos comandos en una de las elecciones más costosas de la
historia. De acuerdo con datos de la organización Open Secrets se estima que
una vez concluido el proceso electoral todos los candidatos y precandidatos
juntos - se encuentra en disputa no sólo la Presidencia, sino además una
tercera parte del Senado y toda la Cámara de Representantes - se habrán gastado
casi 6 mil millones de dólares en sus campañas.
Se unen a las
críticas mencionadas, el hecho que en el primer año de la recuperación, tras la
crisis de las subprime ese 1% más poderoso del país, acaparó el 93% de los
ingresos generados por el rescate de la Reserva Federal que significaron 400
mil millones de dólares destinados salvar una banca, en el primer año tras la
hecatombe hipotecaria. Parafraseando a Churchill "nunca tantos perdieron tanto
frente a tan pocos y nunca tan pocos se beneficiaron tanto de tantos
perjudicados” paráfrasis cruel pero reconocida transversalmente.”
Lo señalado son
referencias a materias más del plano interno, que en el campo de las relaciones
exteriores, que agudizan las contradicciones y críticas. Esto, pues se
considera que el curso político externo de la administración del primer
presidente afroamericano siguió el mismo rumbo interventor de su predecesor
George W. Bush. Es decir, cuatro años de gobierno demócrata sin paz en el mundo
ni beneficios ciudadanos, generando así una gran frustración tras expectativas
altas, generadas tras dos períodos republicanos que justifico sus
intervenciones externas bajo el manto de "lucha contra el terrorismo”,
aumentando los gastos militares y la restricción en libertades públicas que se
mantiene hasta hoy.
Todas ellas
medidas, acciones y conductas con consecuencias sufridas por el gobierno de
Obama, que no ha sido capaz de aminorar y que incluso significó reducir
programas sociales y aumentar aún más el gasto militar con el incremento las
intervenciones de Estados Unidos en todo el globo "bajo el prisma, sostiene el
cientista político Mario Silva, de una ideología imperial que se vio con todas
su luces en el último debate cuando ambos candidatos señalaron con todas su
letras que el papel de Estados Unidos es asegurar un mundo, para beneficio de
los Estados Unidos”
Con relación a
Latinoamérica, el surcontinente no ha tenido presencia que merezca destacarse
ni bajo el gobierno de Obama y menos en los tres debates presidenciales llevado
a cabo desde el 6 de octubre hasta el último del día 23 de octubre. Lo anterior
no implica que los comandos de campaña, tanto de Obama como de Romney –pero
principalmente los demócratas- a pesar que sus referencias a Latinoamérica han
sido escasas y absolutamente secundarias, hayan salido a captar el voto latino
que constituyen el 11% del padrón electoral con 23,7 millones de potenciales
electores.
El comando de
Obama, por boca del asesor de campaña para Latinoamérica, Dan Restrepo sostuvo
que "para Obama Latinoamérica ha sido importante, ha viajado cinco veces a la
región y además se estrecharon lazos con países claves como México, Brasil,
Colombia y Chile. En cambio una hipotética presidencia de Romney regresaría a
las políticas fracasadas de George W. Bush ya que la mirada de los republicanos
hacia la región parte de una visión trasnochada, centrada demasiado en la Alianza
Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que tiene en su seno a
países que están en desgaste a estas alturas. Es decir, basada en situaciones
anacrónicas”. A pesar de las palabras de Restrepo, la realidad ha mostrado que
Latinoamérica no es prioridad para Estados Unidos, ni con Obama, ni lo será en
un eventual triunfo de Romney, más allá de la preocupación por Venezuela.
Se une a las
críticas mencionadas precedentemente, las reparos más particulares signados a
uno y otro candidato, son numerosas y profundas, lo que a ojos de los analistas
políticos permite augurar no sólo lo que hemos observado: una contienda
estrecha, sino que también un resultado incierto. En el caso de Barack Obama
los reparos a sus cuatro años de gobierno se resumen en el concepto de
incumplimiento de ofertas electorales: mejora de la situación de beneficios
sociales, no más protección a aquellos que generaron la crisis, reducción de
gastos militares, retiro de tropas de Irak y Afganistán "esta última promesa no
ejecutada, señala Mario Silva, y que significó incluso la intensificación de
incursiones aéreas de los denominados drones, aumento del presupuesto tanto
para operaciones militares como acciones encubiertas y la injerencia en asuntos
internos – en las llamadas revueltas del mundo árabe – donde se otorgó apoyo
financiero, político y logístico, como también ha quedado demostrado en el
sostén a las fuerzas insurgentes opositoras al régimen de Bashar Al Assad en
Siria, con el objetivo mayor de derribar al régimen Iraní”.
Es decir, una
política intervencionista allí donde el interés nacional de Estados Unidos es
justificado en virtud de cierta seguridad nacional. Todas ellas acciones
potencialmente desestabilizadoras de la paz regional y muestra del claro
compromiso de la administración de Obama con el complejo militar-industrial
estadounidense, las empresas contratistas que operan en la región y los
regímenes surgidos de las cenizas de los antiguos gobiernos.
A una semana de
la elección presidencial en el país más poderosos de la tierra el presidente en
ejercicio enfrenta a un candidato definido como amnésico, incapaz de recordar
las promesas dadas a conocer en campaña, pero que no le va en saga a quien,
como mandatario tampoco exhibe cumplimiento notables. Un hombre que generó
altas expectativas pero al cual el establishment le impide avanzar por más que
su eslogan "yes, we can” haya sido una expresión motivadora, convocante después
de dos períodos de bushismo desangrante y crítico para Estados Unidos. Difícil
pronóstico para una elección presidencial, que se definirá el 6 de noviembre
pero que no significará mucho para una Latinoamérica olvidada en la amnesia del
republicanismo y el abandono demócrata.
Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=71709