En un ámbito de descreencia, y contra todo pronóstico, Alice supo mantener, para la humanidad, un “puente” dirigido hacia el espíritu, considerando a éste como una parte esencial y tangible del Universo y no solamente como algo etéreo, impalpable o "cuasi" existente.
A. Bailey fue una “Amazona” porque como mujer–líder tuvo que enfrentar las limitaciones de su tiempo, y sobreponerse a una serie de prejuicios, tanto personales como sociales. En la época, rompió con esquemas religiosos y científicos que generaban una mirada rígida de la realidad. Sus enunciados todavía impactan en los paradigmas científicos y filosóficos sobre la vida. Hoy, los descubrimientos de la física cuántica, de la astronomía y la astrofísica, de la psicología transpersonal y bioenergética, y otras ciencias modernas, respaldan sus afirmaciones.
Trabajó de forma colaborativa, con Djwhal Khul, monje tibetano, con quien produjo varias obras. Su trabajo no fue importante solamente para nuestra época; el mismo se proyecta también como base para el desarrollo de la ciencia y la religión en los siglos venideros.
Trabajó de forma colaborativa, con Djwhal Khul, monje tibetano, con quien produjo varias obras. Su trabajo no fue importante solamente para nuestra época; el mismo se proyecta también como base para el desarrollo de la ciencia y la religión en los siglos venideros.
Conoce sobre Alice Bailey y su obra en: Escuela Arcana
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