El
Vaticano fue escenario del 3º Encuentro Mundial de Movimientos Populares en
diálogo con el Papa Francisco.
Recientemente
estuve en el 3º Encuentro Mundial de Movimientos Populares en Diálogo con el
Papa Francisco, realizado en el Vaticano, entre los días 2 al 5 de noviembre.
Participaron más de 200 delegados de 60 países, representando a movimientos
sociales vinculados a la lucha en tres áreas: trabajo, tierra y techo. De
Brasil, fuimos ocho delegados escogidos por los movimientos populares dedicados
a estos asuntos.
El
encuentro se inscribe en un proceso de permanente debate que iniciamos en el
año 2013, del cual resultó el primer encuentro en el Vaticano, en octubre del
2014, y que fue seguido por un segundo, mayor y latinoamericano,
realizado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde reunimos más de 5 mil
militantes populares. Ahora, el tercer encuentro, nuevamente fue en el
Vaticano.
Este
proceso de debate y diálogo entre el Papa Francisco y los movimientos populares
partió de la propia voluntad política del pontífice de dialogar y dar
protagonismo a los movimientos populares en todo el mundo, como estímulo a la
organización de los trabajadores y de los más pobres, como esperanza y
necesidad de cambios que precisa el sistema capitalista.
Por eso,
los delegados son escogidos entre los dirigentes de los movimientos populares
de todos los continentes, con la mayor pluralidad posible, considerando etnias,
religiones, edades, culturas y equidad de género.
Y, aunque
siempre participan de estos diálogos representantes del Vaticano, en especial
de la Pontificia Comisión de Justicia y Paz, algunos obispos y cardenales vinculados
con los movimientos populares en sus regiones, Francisco pidió que se eviten la
representación de agentes de las pastorales de la Iglesia Católica, ya que para
ellos existen otros espacios.
En el
primer encuentro, la base del diálogo fue el debate sobre la realidad y la
causa de los problemas que viven los trabajadores en las tres esferas de la
lucha social abordadas. Se presentaron un amplio diagnóstico y reflexiones
sobre las necesarias salidas, haciendo uso siempre del método de "ver-juzgar-actuar".
El Papa Francisco construyó un documento, que, en esencia, se resumió en la
defensa de un programa centrado en: “¡Ningún campesino sin tierra; ningún
trabajador sin derechos; y ninguna familia sin vivienda digna!”.
Entre el
primero y el segundo encuentro, se mantuvo el diálogo en torno de los problemas
ambientales, de los agrotóxicos y de las semillas transgénicas, a partir de la
consulta a muchos especialistas, teólogos, obispos y movimientos que actúan en
esas áreas. Y el resultado fue una espléndida encíclica: “Laudato Si” [Alabado
sea], en la cual el Papa sistematiza reflexiones, analiza las causas de los
problemas ambientales y propone soluciones. El texto es la más profunda y rica
contribución teórica y programática sobre el tema producida en todos los
tiempos. Una contribución que ni la tradición teórica de izquierda había
producido.
Después,
en el segundo encuentro en Bolivia, con la fuerte presencia de
afrodescendientes, pueblos indígenas y pueblos con conflictos en sus
territorios, como el pueblo kurdo, se avanzó al derecho al territorio. El Papa
sumó a sus reflexiones el concepto de que todo el pueblo tiene el derecho a la
soberanía sobre su territorio. Y se avanzó también en la concepción de que los
bienes de la naturaleza que existen en estos territorios deben ser aprovechados
en beneficio de todo el pueblo, o sea, se trata de bienes comunes y no sólo de
recursos a ser transformados en mercancías y rentas extraordinarias, como
quieren las empresas capitalistas que explotan los bienes de la naturaleza,
como los minerales, el petróleo, el agua y la biodiversidad.
Ahora, en
el tercer encuentro, estaba en la agenda de los debates nuevos temas
relacionados con los graves dilemas que la sociedad moderna está enfrentando en
todo el mundo. El primer tema fue la cuestión del Estado y de la democracia.
Contamos con la participación del ex presidente Pepe Mujica, de Uruguay, y de
otros dirigentes políticos progresistas que enviaron reflexiones. Existe una
crítica generalizada en todo el mundo relacionada al funcionamiento del Estado
burgués por no representar las bases republicanas, los intereses de las
mayorías. Porque la democracia representativa, formal y burguesa no consigue
expresar el voto, el derecho y la voluntad de la mayoría de la población. El
capital secuestró la democracia por la forma de organizar las elecciones.
Y sobre
ese tema, el Papa reaccionó y sorprendió a todos, cuando definió que, en
realidad, existe un Estado más que excluyente, un estado terrorista, que hace
uso del dinero y del miedo para manipular la voluntad de las mayorías. El
dinero expresa la fuerza del capital que sobrepasa las instituciones
democráticas y el miedo, impuesto a la población por la manipulación mediática
permanente.
Entre todos
los participantes, nos quedó la convicción de que precisamos profundizar el
debate en nuestros países, para construir nuevas formas de participación
política del pueblo que, de hecho, garantice el derecho del pueblo a la
participación política en todos los espacios de la vida social. Y nadie posee
una receta, una fórmula, depende de la construcción real en la lucha de clases
de cada país. La realidad es que estos procesos electorales actuales no son
democráticos ni permiten la realización de la voluntad del pueblo.
Otro tema
debatido, que tuvo avances en relación a los encuentros anteriores, fue el tema
de los migrantes económicos y de los refugiados políticos. Europa vive una
verdadera tragedia con los refugiados de Medio Oriente y de África. Millones,
repito, millones, de personas están migrando todos los días, de todas las
formas - en barco, caminando kilómetros y kilómetros -, para huir de la muerte
rumbo a Europa. Y aunque ellos están migrando porque las empresas europeas son
los principales proveedores de armas de Arabia Saudita y de los gobiernos
represores de la región, en Europa encuentran más exclusión y xenofobia.
En este
sentido, la reflexión de los movimientos siguió en la línea del derecho a un
territorio y de la lucha contra la xenofobia. Del derecho a la
autodeterminación de los pueblos y contra la guerra. Las guerras no resuelven
ningún conflicto social, sino que crean más problemas sociales, además de
terminar con la vida de miles de personas, en general los más pobres y
trabajadores. Todos los seres humanos son iguales, en su naturaleza y en los
derechos. Aquí, emergió la idea de que debemos incorporar en todos nuestros
programas la propuesta de la igualdad. La igualdad de oportunidades, de
derechos y deberes, y la única base de una sociedad realmente democrática.
Y, sobre
este asunto, el Papa Francisco reveló todo su coraje al denunciar que cuando
quiebra un banco no demoran en llegar millones de euros para rescatar a los
accionistas. Sin embargo, cuando un pueblo está en dificultades y migra, nunca
hay recursos públicos para ayudarlos y se encuentra todo tipo de excusas. El
Papa denunció el sistema capitalista como autor de esta contemporánea tragedia
humana que estamos viviendo, de exclusión, de súper explotación de los migrantes
y refugiados, no solo en Europa, sino también en diversas regiones del mundo,
practicando aún más exclusión. Nunca se levantaron tantos muros de exclusión,
en tantos países, como ahora.
Como ven,
los debates fueron muy interesantes. Y deben seguir, por mucho tiempo gracias a
la apertura y a la generosidad del Papa Francisco. Todos los documentos
completos y los discursos del Papa están accesible en el sitio del encuentro (http://movimientospopulares.org/
)
Nosotros,
de la delegación brasileña, exhibimos una manta con la frase “Fuera Temer” en
plena plaza de la Basílica de San Pedro, denunciando el golpe y salimos
convencidos de que, además de San Francisco de Asís, ahora tenemos un nuevo
Francisco revolucionario dentro de la Iglesia.
São
Paulo, 14 de noviembre de 2016
Traducción:
María Julia Giménez. Edición: ALAI
Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/181691